En lo que va de año, 36 personas han fallecido en las carreteras aragonesas, el último el pasado domingo, 3 de agosto, al perder el control de su motocicleta en Alfamén. Tras un comienzo de año en que las estadísticas de mortalidad amenazaban con superar a las del año anterior, poco a poco las cifras se van igualando, aunque aún sea superior a la del año pasado tras varios años de caída. Los tramos sin desdoblar de las carreteras tradicionalmente más peligrosas de la comunidad, la N-II y la N-232, han registrado tres accidentes mortales, todos en la primera de ellas. La mortalidad se centra en las carreteras secundarias de la comunidad. Las causas más frecuentes son la salida de vía, en 15 de los casos. Aunque, lógicamente, los choques entre vehículos causan habitualmente más víctimas al haber más coches implicados en los mismos. Nueve de las víctimas han perdido la vida desde el pasado 1 de junio, aunque Aragón se está librando del aumento de la mortalidad en carretera que está sufriendo el conjunto del país en lo que va de periodo estival, particularmente en los puentes, al menos por el momento.