El departamento de Medio Ambiente del Gobierno aragonés regulará la escalada deportiva en el Parque Natural de la Sierra y los Cañones de Guara, en la provincia de Huesca, en consenso con la Federación Aragonesa de Montañismo (FAM) y las asociaciones conservacionistas.

El director general del Medio Natural del Ejecutivo regional, Pablo Munilla, así lo ha asegurado hoy tras presidir una reunión con los distintos colectivos afectados por la regulación para determinar las zonas que serán restringidas en su totalidad debido a sus valores naturales, así como las de acceso temporal y las de uso libre.

Munilla ha explicado que la decisión de regular la escalada deportiva se debe al gran crecimiento que ha experimentado la práctica de esta actividad en Guara, un espacio situado en el "top ten" de las mejores zonas del mundo para los aficionados a esta modalidad.

En concreto, la propuesta consensuada establece cuatro zonas de acceso restringido permanente, denominadas de "tranquilidad", que se ubican en el barranco del Balcels y en el río Alcanadre, espacios donde anidan especies de aves protegidas así como ejemplares botánicos de alto interés y en riesgo de extinción.

La propuesta establece diversas zonas donde la práctica de la escalada deportiva estará permitida entre los meses de agosto y diciembre, a fin de no afectar el proceso de nidificación y crianza de aves protegidas, y otras de uso compatible disponibles todo el año para los aficionados.

El responsable de Medio Natural ha explicado que la escalada clásica, mucho menos multitudinaria y agresiva con el medio, no tendrá "prácticamente" ningún tipo de restricción para poderla practicar a lo largo de todo el año tanto en las zonas compatibles como en las de uso temporal.

Esta propuesta, que, según ha afirmado, se ha consensuado con la FAM, la Sociedad Española de Ornitología y la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos, será presentada el próximo mes de diciembre al patronato del Parque de Guara a fin de que sus miembros informen sobre su contenido.

Una vez superado este trámite, según Munilla, su aprobación definitiva podría llevarse a cabo la próxima primavera a través de un decreto firmado por el consejero de Agricultura y Medio Ambiente, Modesto Lobón.

En paralelo, ha avanzado que el Consejo de Gobierno del Ejecutivo aragonés podría llevar a cabo la aprobación del Plan Rector de Uso y Gestión del Parque de Guara, pendiente en estos momentos de un informe de los servicios jurídicos de la consejería de Presidencia.

Munilla no ha precisado las área concretas ni ha aportado datos sobre el crecimiento del número de escaladores deportivos en la zona de Guara, aunque ha podido precisar que la zona de escalada conocida como La Catedral quedará excluida de forma permanentemente de esta práctica.

Por otra parte, el responsable de Medio Ambiente ha presidido una segunda reunión con asociaciones de cazadores, propietarios de cotos cinegéticos y agricultores y ganaderos de la Sierra de Guara para tratar de avanzar en la consecución de un acuerdo dirigido a favorecer la reintroducción de la cabra montesa en la zona.

Ha explicado a este respecto que el visto bueno dado por el Gobierno español al plan del Estado francés de reintroducción de la cabra montesa en el Pirineo, iniciado ya el pasado verano en la zona de Cauterets, había llevado a los responsables de Medio Ambiente a valorar la entrada de esta especie en Guara.

La reintroducción de esta especie en Las Batuecas (Castilla y León) o en Montserrat (Cataluña) y su expansión por zonas de Teruel y Zaragoza también han influido en estos planes, ha añadido Munilla.

Para llevar a cabo la reintroducción, el departamento valora la posibilidad de hacerlo con los ejemplares ya introducidos en el coto vallado de Bastarás o mediante la sustitución de las domésticas por salvajes, de "mayor valor cinegético", ha añadido.

Ha explicado que esta reintroducción daría mayor valor a los cotos cinegéticos, atraería a cazadores y supondría un atractivo nuevo para la potenciación del turismo, aunque ha admitido que este proyecto podría suscitar dudas entre agricultores y ganaderos.

El responsable de Medio Natural ha advertido, sin embargo, que esta iniciativa sólo tendrá "viabilidad" si se implican todos los sectores afectados y garantizan el cumplimiento de un plan de reintroducción que exigiría un plazo de unos siete años, durante los cuales no podría ser abatida ninguna pieza.