La crisis arrasó las ilusiones y las expectativas de toda una generación de jóvenes. Y lo peor es que la recuperación económica no está logrando, por el momento, darle la vuelta a esta situación. Ante la falta de oportunidades, la precariedad del mercado laboral y los bajos salarios muchos han optado por volver a estudiar, seguir formándose o irse fuera de España o a otras comunidades autónomas. La dificultad para encontrar un trabajo digno también ha provocado que muchos extranjeros regresen a sus países de origen, llevándose con ellos a sus hijos. Todo ello ha provocado el desplome de la población activa.

A principios del 2014 había en Aragón 189.800 personas de menos de 35 años «disponibles y en condiciones de incorporarse» al mercado laboral, mientras que en el primer trimestre de este año la cifra cayó hasta las 161.800. La comparativa respecto al 2010 todavía es más sangrante, ya que la comunidad contaba con 228.200 jóvenes activos, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).

Los sindicatos han alertado en más de una ocasión de que el descenso de la población activa se está concentrando sobre todo en las nuevas generaciones de trabajadores, ya que muchos jóvenes deciden emigrar ante la escasez de expectativas o unas ofertas de trabajo de dudosa calidad. «Durante la crisis muchos jóvenes se fueron porque no había trabajo y ahora algunos que están muy capacitados y cualificados prefieren irse al extranjero o a otras comunidades antes que aceptar un empleo mal remunerado o con poca estabilidad», indica el secretario de empleo de CCOO Aragón, Juan Carlos Cantín.

No en vano, las proyecciones de población a corto plazo publicadas por el INE ya advierten de que a lo largo de esta década Aragón seguirá perdiendo jóvenes de entre 23 y 35 años. Una fuga de mano de obra que se sumará a la que ya se ha producido en los últimos años. Los datos del censo electoral del INE indican que a mediados del 2010 vivían fuera de España 24.100 aragoneses mayores de 18 años, mientras que en junio de este año el número alcanzaba los 36.360 (ver gráfico). En total, desde el inicio de la crisis en el 2008 han salido de la comunidad unos 15.000 aragoneses.

Una parte de ellos son extranjeros que llegaron a España en busca de una vida mejor y que ya tienen la nacionalidad, pero también hay jóvenes muy cualificados que han decidido emigrar por la escasez de empleos estables y bien remunerados.

LOS DATOS DE LA RED EURES

Algunos de ellos han salido asesorados por la Red Eures, que centraliza la colaboración de los servicios públicos de empleo en la Unión Europea. El número de usuarios que ha acudido a informarse a sus oficinas aragonesas se ha disparado en los últimos años. De hecho, durante el pasado ejercicio atendieron a 9.493 personas, frente a las 5.858 del 2011 o las 3.500 del 2008.

Los asesores de la Red Eures en Zaragoza destacan que el perfil del demandante cambió durante los años más duros de la crisis e indican que, actualmente, en torno al 35% es mayor de 40 años y no tiene conocimiento de idiomas. «Suelen ser hombres de mediana edad que llevan tiempo en paro y buscan fuera una oportunidad laboral», explican.

Con todo, las citadas fuentes subrayan que la mayoría (el 65%) siguen siendo universitarios y jóvenes de hasta 35 años con un buen nivel del idioma, algo que desde Eures califican de «fundamental». «No aconsejamos a la gente que se vaya sin hablar la lengua; de hecho, lo mejor es gestionar desde España las posibles opciones de trabajo», indican desde la red, que en la comunidad cuenta con cuatro consejeros (dos en Zaragoza, uno en Huesca y uno en Teruel).

Los procesos de reclutamiento que coordina Eures son muy variados. Así, hay empresas alemanas y de los países nórdicos que, por ejemplo, siguen demandando ingenieros, aunque la hostelería concentra otros muchos procesos de selección. «Hay una serie de hoteles en Suecia que todos los años piden cocineros y camareros», indican desde la red Eures en Zaragoza.

Para frenar esa huida de mano de obra cualificada, la DGA impulsó recientemente un plan de retorno para facilitar el regreso de jóvenes ahora que el mercado laboral genera más puestos de trabajo.

POBLACIÓN EXTRANJERA

La población activa entre los jóvenes ha seguido cayendo en los últimos años en Aragón a pesar de que el efecto retorno de los inmigrantes se ha revertido de un tiempo a esta parte gracias a la recuperación.

Según los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), un total de 16.541 personas procedentes del extranjero establecieron su residencia en Aragón el año pasado, de los que solo 1.541 tenían nacionalidad española. Los 15.000 inmigrantes extranjeros llegados en el 2018 suponen la cifra más alta desde el 2008. De hecho, el aumento de la población en Aragón el año pasado se debió en exclusiva a la llegada de inmigrantes.