El precio de los fármacos destinados al tratamiento del cáncer no para de subir. El año pasado, Aragón destinó a este concepto 51,3 millones de euros, lo que supone el 25% del coste global de la farmacia hospitalaria (donde se dispensan estos medicamentos). El desembolso supone 2 millones más que en el 2016 (49,3).

El incremento progresivo del coste de estos fármacos ha llevado a algunas comunidades, como Aragón, a reclamar que se ajusten estos precios. «Compartimos la opinión de otras muchas comunidades de preocupación por el cada vez más elevado precio de estos fármacos y, en general, de las nuevas incorporaciones al mercado», indicaron a este diario fuentes del Departamento de Sanidad.

Por eso, las voces críticas con este asunto aumentan al mismo ritmo que el precio de unos medicamentos esenciales en algunos tratamientos, principalmente, para combatir tumores. Sin embargo, es el Ministerio de Sanidad el que negocia directamente los costes con las propias compañías farmacéuticas al ser suya la competencia, por lo que las comunidades no pueden sino presionar a la Administración central para que trate de ajustar los precios, algo que se viene realizando ya por parte de las comunidades desde hace tiempo. Aragón entre ellas.

EL DOBLE EN DIEZ AÑOS // Precisamente, la plataforma No es sano ha publicado recientemente un estudio en el que denuncia que el precio de los medicamentos oncológicos se ha duplicado en 10 años alcanzando cifras «inasumibles» para el sistema sanitario y lamenta la

«falta de transparencia» a la hora de fijar el coste de estos fármacos.

La plataforma, compuesta por Salud por Derecho, Médicos del Mundo, Organización Médica Colegial, Sespas, OCU, CECU, No Gracias y la Asociación Acceso Justo al Medicamento, destacó que en España algunas de las terapias más empleadas para tratar el cáncer alcanzan los 100.000 euros por paciente al año, unos precios que considera «inasumibles» para el sistema sanitario, que se unen al hecho de que cada vez es mayor el número de casos de cáncer diagnosticados, y que pasarán de los 247.000 en el 2015 a los 315.000 en el 2035, casi un 30% más. Sin embargo, hay una importante inversión pública en las fases de investigación y en los ensayos clínicos.

El informe destaca que en España no es posible acceder a los acuerdos de precios fijados entre el Gobierno y la industria para estos medicamentos de uso hospitalario y, dado que el peso presupuestario recae sobre las comunidades autónomas, «este secretismo llega a provocar que los ya altos precios sean además diferentes entre regiones e, incluso, entre hospitales, poniendo en peligro los recursos finitos del sistema sanitario y obligando a recortar de otras partidas muy necesarias, como la contratación de personal médico, el cuidado y la atención a los pacientes o los equipos para diagnosticar enfermedades», indica la plataforma en su informe Los medicamentos para el cáncer: altos precios y desigualdad.

Asimismo afirma que esta falta de transparencia «da lugar a que la industria fije los precios de los fármacos arbitrariamente, en función de la capacidad del mercado de cada país». En este sentido, otros estudios nacionales subrayan la necesidad de que el Sistema Nacional de Salud fije un umbral de coste-efectividad, lo que podría evitar la financiación de medicamentos con elevado coste y escaso beneficio.