la situación demográfica en Aragón se mantendrá estable en los próximos quince años, según las previsiones publicadas ayer por e l Instituto Nacional de Estadística (INE). Las cifras indican que en el 2035 solo habrá 11.500 aragoneses menos gracias a que el saldo vegetativo negativo de la comunidad se verá compensado por la llegada de inmigrantes y de residentes en otras autonomías. La situación se mantendrá relativamente estable hasta el 2070, fecha en la que se estima que la población en toda España alcanzaría los 50,6 millones de personas.

Según las proyecciones oficiales (en las que se ha tenido en cuenta una afección moderada de la crisis del coronavirus) en los 15 próximos años España ganaría 954.497 habitantes (un 2,0%), hasta superar los 48 millones de personas en el 2035. El progresivo e ininterrumpido aumento de las defunciones, siempre superior al número de nacimientos, daría lugar a un saldo vegetativo negativo durante todo el periodo proyectado. Este saldo vegetativo negativo sería superado por el saldo migratorio que en Aragón podría evitar la desaparición de buena parte de sus poblaciones. Se calcula la entrada de 2.750 personas extranjeras hasta el 2024; 3.969 hasta el 2029 y 4.934 más hasta el 2034.

El INE indica que Aragón no es la comunidad con mayor riesgo de crisis demográfica en los próximos años. Así, en el punto de mira de la despoblación se encuentran el Principado de Asturias (con un descenso del 10%), Castilla y León (también con pérdidas del 10%) y Extremadura (con una bajada del 8,3%). Los 11.500 aragoneses que se restarán en este periodo de tiempo suponen una disminución del solo el 0,9% del total. Mientras, la media estatal calcula un crecimiento del 2%.

DIFERENCIAS / Los expertos creen que estas cifras dan una falsa imagen de estabilidad porque se corre el riesgo de agudizar las diferencias entre las poblaciones de más de 10.000 habitantes y los pueblos más pequeños. Según la tendencia de los últimos años, estas localidades (casi todas ellas capitales comarcales) son las que están capitalizando el abandono rural y nada de lo presentado en el informe hace pensar en una distribución más razonable de la población por el territorio. «Aunque Aragón mantenga una población estable se van a agudizar los contrastes», explica el catedrático de Historia Económica de la Universidad de Zaragoza, Vicente Pinilla.

El INE también detecta para los próximos años en Aragón una llegada de población de otras autonomías como Extremadura o Ceuta. Esto supondría la llegada de un millar de personas procedentes de Castilla La Mancha, Castilla y León o Extremadura (las zonas más afectadas por la movilidad interna). Pinilla considera que esta posición de la comunidad dentro del territorio nacional tiene «lógica» debido al nivel de renta de la población y la baja tasa de paro en relación con otros territorios.

Por contra, considera que se tiene que reforzar la política migratoria para que realmente pueda ser una alternativa al vaciado de los pueblos frente a la realidad actual, dependiente de las coyunturas económicas. Por eso ve necesario ser cuidadosos a la hora de analizar las proyecciones: desde la crisis del 2008 hasta el 2016 el saldo migratorio fue negativo.