Aragón tiene una media de 1.148 pacientes por cada médico de familia, por debajo de la media nacional y también del número óptimo que fija el Instituto Nacional de Salud de entre 1.250 y 2.000 pacientes.

En una nota de prensa, fuentes del Ejecutivo autonómico precisan que las sociedades científicas "van más allá" y llevan tiempo recomendando que la media de pacientes asignados a cada médico de Familia no sobrepase incluso los 1.200.

Según los datos recientemente publicados por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, solo tres comunidades, Aragón, Castilla y León y Extremadura cumplen con estas recomendaciones, apuntan las fuentes, que explican que la media nacional está en 1.371 pacientes por cada facultativo.

A la luz de estos datos, el consejero de Sanidad, Ricardo Oliván, ha asegurado que es necesario adecuar la estructura del sistema sanitario, haciéndolo flexible en función de las demandas de los usuarios, que cambian en el tiempo y también en las diferentes zonas de Aragón.

El Gobierno aragonés reconoce, no obstante, que la despoblación del medio rural hace que los servicios sanitarios en estas zonas tengan una menor actividad, a lo que se suma la incidencia de la receta electrónica, que evita a muchos pacientes tener que ir al médico a por las recetas y les posibilita adquirir los medicamentos directamente en su farmacia.

Por este motivo existen en la actualidad zonas de salud con muy bajo número de usuarios por médico de familia, y, por ejemplo, existen plazas que cuentan con uno o varios médicos con un promedio de actividad inferior a los 10 pacientes citados por día.

Un acto médico supone unos 5 a 10 minutos, lo que implica que de las siete horas y media de jornada laboral diaria, su actividad asistencial es inferior a las dos horas.

"Si las poblaciones migran, parece lógico pensar que los recursos y la planificación sanitaria deben de orientarse a la población y sus necesidades", apuntan desde el Ejecutivo.

Y por eso, las propuestas de organización de las zonas sanitarias "pretenden asegurar el ejercicio profesional" de los médicos, aumentando el número de pacientes atendidos al día en jornada ordinaria y actividad programada o a demanda.

Además, añaden que todas las zonas de salud afectadas por cambios continúan siendo monitorizadas, de manera que si la actividad aumenta se contratan refuerzos eventuales.

Las fuentes aseguran que en todos los casos las demandas de atención urgente y domiciliaria en horario de 8.00 a 17.00 horas continúan sin alteración y que la atención continuada de 17.00 a 24.00 horas permanece sin cambios.

"La redistribución de cargas de trabajo en estos equipos favorece que se mantenga el servicio a la población, mejorando el rendimiento de cada profesional y su capacidad de actuación y resolución ante las demandas asistenciales", concluyen desde el Gobierno.