Aragón registró en el 2018 un total de 246,3 accidentes de tráfico laborales por cada 100.000 habitantes, una cifra que coloca a la comunidad en un puesto intermedio, por debajo de zonas con mayor movilidad, como Madrid o Cataluña, pero por encima de Extremadura o La Rioja.

Las comunidades autónomas con mayor tasa de estos accidentes por cada 100.000 habitantes fueron Andalucía (414,3), Cataluña (386,4) y Murcia (375,8 y las de menor Castilla-La Mancha (158,2), Extremadura (192,4) y La Rioja (233,8). El resto presentan los siguientes registros: Canarias, 370,9; Baleares, 360,2, Madrid, 351,2; Asturias, 350,4; Cantabria, 348,2; Galicia, 344,4; Castilla y León, 299,2; País Vasco, 290,4; Valencia, 283,8; Navarra, 266,9, y Aragón, 246,3.

Además, el año pasado un total de 249 personas murieron en algunos de los 69.938 accidentes de tráfico laborales que tuvieron lugar en España, un 23,26% más de fallecidos que en el 2017, cuando se registraron 202 y 69.108 siniestros de este tipo, que suponen un coste medio anual de unos dos mil millones de euros.

De los 249 muertos del 2018, 136 perdieron la vida en accidentes in itínere (en el camino de ida o vuelta del trabajo), un 11,5% más que en el 2017 cuando se registraron 122; y 133 fallecieron desarrollando su misión laboral, un 41,3% más respecto a los 80 del 2017.

Estos son algunos de los datos del I informe sobre seguridad laboral en España elaborado por el Real Automóvil Club de España (RACE) en colaboración con GAD3 con datos recopilados en la última década que destaca que la mayoría de los accidentes in itínere, el 64%, se producen camino del trabajo y el 36% restante al volver al término de la jornada laboral.

Entre las ocho y las nueve de la mañana de un martes es el momento de la semana con más probabilidades estadísticas de sufrir alguno de estos accidentes laborales viales en España y el otoño la peor estación.

El perfil con más riesgo de accidente vial laboral es el de mujeres de entre 16 y 29 años en los in itínere, y hombres de la misma de edad en los que tienen lugar en misión laboral.

El estudio calcula que estos siniestros suponen unos costes de 2.000 millones de euros al año contando los que asume la Seguridad Social (una media 100 millones anuales) por las bajas, a los que hay que sumar los gastos médicos, de rehabilitación, de servicios judiciales y de emergencias, así como los daños materiales y la pérdida de producción. A pesar de estas cifras, el informe advierte de que solo el 27% de los trabajadores recibe formación en seguridad vial.

Uno de los grandes problemas es el de las furgonetas de reparto, cuyo uso ha aumentado por el crecimiento de la venta por internet. En otro estudio se refleja que estas furgonetas presentaban los peores datos en cuanto al estado de los neumáticos y tienen una media cercana a los 14 años de antigüedad, por lo que se hace necesaria una regulación para este tipo de vehículos. Estos accidentes viales representan entre un 11% y un 12% del total.