A finales de 2016 tuvimos la posibilidad, de la mano de Turismo de Aragón, de acceder a un proyecto europeo denominado Linguatec dirigido a mejorar las tecnologías de la lengua con objeto de poner en marcha para el aragonés un traductor automático y un diccionario on line. Todas las herramientas que se han generado formarán parte de la plataforma Aragón. recursos en línia ta l’aragonés, que, alojada en la web citada, se dará a conocer próximamente.

El interés por recoger y poner a disposición de la sociedad las voces propias de Aragón en general, y de la lengua aragonesa en particular, no es algo nuevo como veremos a continuación.

El primer repertorio en el que aparecen voces aragonesas procede del alcañizano Juan Lorenzo Palmireno (Vocabulario del humanista, 1569), si bien el primer glosario aragonés es de Jerónimo de Blancas (1583: Índice donde se declaran algunos vocablos Aragoneses antiguos que ay en las Coronaciones), publicado en 1641 con un total de 209 entradas. Entre 1715 y 1729 Joseph Siesso de Bolea redactó un Borrador de un diccionario de voces aragonesas que contiene casi 6.000 entradas.

El siglo XIX comienza con un Diccionario Aragonés, de autor desconocido (1805-1815) con unas 810 entradas. A él le seguiría en 1836 el Ensayo de un diccionario aragonés-castellano de Mariano Peralta (887 entradas) y en 1847 el Diccionario de voces aragonesas de María Josefa Massanés, recientemente recuperado. En 1859 Jerónimo Borao dio a la imprenta la primera edición de su Diccionario de voces aragonesas (1859) con 2.959 voces. Los juristas Pascual Savall y Santiago Penén publicaron en 1866 un Glosario de voces provinciales y anticuadas que se encuentran en los Fueros, Observancias y actos de corte del Reino de Aragón con unos 1.500 vocablos. Francisco Otín y Duaso publicó en 1886 su Discurso leído ante la Real Academia Española de Arqueología y Geografía del príncipe Alfonso, que contiene un Vocabulario aragonés-latín-castellano con 318 palabras; finalizando el siglo el Diccionario Universal de la Lengua Castellana (1875-1878) incluía un Vocabulario aragonés, con 650 vocablos.

Ya en el siglo XX los Juegos Florales de Zaragoza de 1901 dieron lugar a la publicación de El diccionario Aragonés. Colección de voces para su formación en el que se recogieron las de Benito Coll, Luis López Puyoles y José Valenzuela La Rosa precursores del Diccionario Aragonés impulsado por Juan Moneva a través del Estudio de Filología de Aragón, en el que participó María Moliner y muchos de los más ilustres intelectuales de la época. Durante la guerra civil (1938) José Pardo Asso alumbró su Nuevo diccionario etimológico aragonés con unas 10.000 entradas y Rafael Andolz Canela hizo lo propio en 1977 con su Diccionario aragonés-castellano; castellano-aragonés que tuvo dos ediciones más y varias reimpresiones (con más de 40.000 entradas). Por último, Antonio Martínez Ruiz publicó un vocabulario de referencia en 1997 del que se han hecho cuatro ediciones.

Esta obra es la que ha servido de base para que un equipo de lingüistas elaboraran el Aragonario, el vocabulario on line de la lengua aragonesa que ahora se presenta disponible en:

https://aragonario.aragon.es/