Envejecimiento acelerado o progeria. Es el nombre de una enfermedad tan implacable como devastadora. Sus afectados, niños y jóvenes con cuerpos de ancianos, raramente llegan a superar los 20 años de vida. Los enfermos, afortunadamente la patología es muy rara, tienen ahora, al menos, una razón para mantener la esperanza. Una investigación, llevada a cabo por un equipo asturiano liderado por el bioquímico aragonés Carlos López-Otín, ha dado en la diana. La combinación de dos familias de fármacos ha sido capaz de alargar un 80% la longevidad en ratones afectados por esta enfermedad. Y, lo que es más importante, los resultados se trasladarán de inmediato a un ensayo clínico en seres humanos con pacientes seleccionados de toda Europa.

El hallazgo del equipo de López-Otín, en colaboración con la Universidad de Marsella, aparece en la presentación on-line de la revista Nature Medicine y será portada de su edición impresa. La publicación incluirá un comentario editorial que describe el descubrimiento como "un hito en el tratamiento del envejecimiento acelerado".

Carlos López-Otín, natural de Sabiñánigo, y su equipo recogen ahora los frutos de un trabajo de años. En una investigación previa, también publicada en Nature, ya describieron que el envejecimiento acelerado o progeria observado en ratones se asociaba a la activación anómala de mecanismos de protección frente al cáncer. Y demostraron que este envejecimiento patológico podía revertirse con estrategias de modificación genética. El trabajo que ahora publica Nature Medicine va más allá y describe una estrategia farmacológica, de ahí su importancia. Este nuevo abordaje terapéutico, aplicable en breve a seres humanos, ha sido capaz de alargar en un 80% la longevidad de los ratones afectados por esta enfermedad.

El tratamiento, según López-Otín, se basa en una combinación de fármacos que se utilizan ya en la práctica clínica para abordar procesos oncológicos y cardiovasculares. La terapia consiste en la administración de estatinas --usadas con éxito para controlar el colesterol-- y aminobisfosfonatos --empleados en el abordaje de la osteoporosis y algunos procesos tumorales--. El bioquímico oscense, catedrático en la Universidad de Oviedo, subraya que la amplia experiencia existente en el uso de estos compuestos permite que los resultados obtenidos con ratones de laboratorio puedan trasladarse de inmediato a humanos.

APLICACIÓN A SERES HUMANOS De hecho, López-Otín apunta que es inminente el inicio de un ensayo clínico, dirigido por el doctor Nicolás Levy en Francia, en el que participará la mayoría de los pacientes europeos que están afectados por estas enfermedades.

La importancia de la investigación, según su principal promotor, reside en que "sienta las bases para ofrecer un tratamiento viable a pacientes que padecen una enfermedad dramática para la que actualmente no existe una terapia". El ensayo clínico con humanos comenzará cuando se formalice su aprobación final por parte de la agencia francesa de seguridad de productos sanitarios.

Los síndromes de envejecimiento acelerado, enfermedades congénitas, se caracterizan por la aparición precoz de síntomas normalmente asociados a edades avanzadas. Quienes los sufren padecen, por ejemplo, osteoporosis, pérdida de grasa subcutánea, caída de pelo, fallos cardiovasculares... La esperanza de vida de los pacientes que soportan la progeria más común, conocida como el síndrome de Hutchinson-Gilford, no llega a superar los 20 años.