La paleontóloga Laia Alegret de la Universidad de Zaragoza ha contribuido a obtener la primera medida del pH de las aguas superficiales tras el impacto de un asteroide a finales del Cretácico. La acidificación, resultante de la emisión de gases a la atmósfera, es una de las principales consecuencias del actual cambio climático, que está reduciendo el pH de los mares con gran impacto sobre flora y fauna marinas. La prestigiosa revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences USA publica este estudio, realizado junto a científicos de EEUU, Gran Bretaña y Alemania, en el que se demuestra por primera vez que el impacto de un asteroide en la península de Yucatán hace 66 millones de años provocó la acidificación de los océanos, contribuyendo a la última gran extinción en masa. Estos resultados ratifican que la principal causa de la extinción marina fueron los gases emitidos por dicho impacto y no el cese de la fotosíntesis por la oscuridad generada por la nube de polvo resultante, como se creía hasta ahora.

Este trabajo confirma la hipótesis de la investigación en la que desde hace una década viene trabajando Laia Alegret, miembro del Instituto Universitario de Investigación en Ciencias Ambientales del campus público aragonés, y especialista en el estudio de fósiles microscópicos y análisis geoquímicos. Alegret también participó en el 2017 en la expedición internacional al nuevo continente, Zelandia, que permanece sumergido en casi su totalidad. Los océanos absorben un tercio de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera, lo que ayuda a regular el clima, capturando el exceso de calor. Sin embargo, este proceso también presenta efectos no deseados, como la disminución del nivel de acidez de las aguas, lo que altera la fijación de carbonato de calcio en los esqueletos de numerosas especies, lo que podría acelerar el cambio climático.