Los disturbios que se produjeron en Zaragoza el pasado 24 de septiembre en los alrededores del pabellón Siglo XXI no serán investigados. La presidenta de las Cortes de Aragón, Violeta Barba, participaba junto a otros 400 cargos electos en una asamblea organizada por Podemos en favor de un referéndum pactado en Cataluña, cuando centenares de radicales mantuvieron recluidos en el recinto a los participantes y llegaron a propinarle un botellazo.

El secretario general de Podemos Aragón, Nacho Escartín, volvió ayer a pedir la dimisión del delegado del Gobierno en Aragón, Gustavo Alcalde, al considerar que el cierre del caso sin investigaciones «huele un poquito a prevaricación».

En declaraciones a los medios, el líder de la formación morada en Aragón recordó que ya han pedido la dimisión de Alcalde «bastantes veces» y que esta vez «no va a ser una excepción», al considerar que no está «a la altura del cargo que ostenta».

El diputado de Podemos, que también estaba presente en el centro deportivo el día que se produjeron las agresiones, recordó la sensación que vivió. «Ese día pasamos miedo, tuvimos que estar encerrados durante horas ante un ejercicio de libertad de expresión que para mí tiene total legitimidad», expresó.

Además quiso dejar claro que los hechos llegaron más allá y que hubo «agresiones» tanto a la presidenta de las Cortes de Aragón, como a un agente de policía, además de «carreras» o «amenazas». Por tanto, aseguró que le parece «impresionante» y «alucinante» que, con quince personas identificadas por su participación en los actos violentos, el delegado del Gobierno no haya tomado las medidas oportunas para que al menos se abrieran los expedientes oportunos. «La justicia tiene que ser la misma para todos y, si no, el delegado del Gobierno tendrá que dar explicaciones», zanjó.

El concejal de Servicios Públicos del Ayuntamiento de Zaragoza, Alberto Cubero, puso en evidencia a través de las redes sociales que con este gesto se interpreta que «para la justicia española quemar una foto del rey es condenado, pero queda impune el acoso en vivo y en directo a 400 diputados por ultras, que se llevo a cabo en la asamblea de cargos públicos para tratar de buscar una salida política al proceso soberanista catalán».

La mañana en la que se produjeron los hecho se vivieron bastantes momentos de tensión en Zaragoza. Desde primera hora de la mañana un grupo de manifestantes radicales, con banderas de España en las manos y profiriendo improperios a los asistentes, se congregó en los alrededores de las instalaciones donde se celebraba la reunión política. Uno de ellos fue el que lanzó el objeto contra la presidenta de las Cortes, que solo sufrió contusiones leves.

La organización del evento se dirigió en ese momento tanto a la Delegación del Gobierno en Aragón como al propio Ministerio de Interior para solicitar un refuerzo policial.