La titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Boltaña acordó ayer el sobreseimiento provisional de la causa penal abierta por la muerte de una menor de 15 años de Sabadell (Barcelona) que se despeñó cuando realizaba una marcha nocturna de un club scout en el Parque Nacional de Ordesa.

La jueza entiende en su auto que los hechos podrían constituir un delito de imprudencia menos grave, un tipo delictivo que exige que los hechos hayan sido denunciados por la persona afectada o por sus representantes legales. Pero el padre y el hermano de la menor no solo manifestaron tiempo atrás que renunciaban a las posibles acciones penales sino que instaron el archivo definitivo de la causa.

Por esta razón considera, en relación a la denuncia interpuesta por la fiscalía, que la instrucción del caso sólo podría continuar en el caso de apreciarse una imprudencia grave por parte de los monitores que dirigían la marcha, opción que desestima en su auto tras analizar declaraciones de testigos e informes.

La muerte de la menor se produjo sobre las 22.40 horas del 18 de julio del año pasado, mientras tomaba parte en una excursión por el cañón de Añisclo, en Ordesa, junto a otros 26 jóvenes del Grup Escolta Xaloc y tres monitores.

La instructora considera que el paso por la zona de peligro en la que se produjo el accidente y el horario nocturno de la marcha se debió a las decisiones que tuvieron que adoptar los monitores debido a una serie de «circunstancias sobrevenidas».

Entre estas circunstancias, la jueza se refiere al inadecuado medio de transporte elegido para desplazarse hasta el aparcamiento desde el que tenían que emprender la excursión, que retrasó la marcha, y a la decisión de los monitores de atrasarla aún más para evitar las horas de mayor calor del día. Tras calificar de «responsable y razonable» la forma de actuar de los monitores, el auto valora, asimismo, su decisión de cambiar la ruta prevista por otra que les aconsejaron unos guardas forestales, dado lo avanzado del día.

Admite la jueza que, pese a que los monitores no tenían previsto pasar de noche por el paso donde se produjo la caída, sí que se organizaron para prever cualquier situación de riesgo. Destaca, además, que la menor se resbaló mientras se asomaba para ver cómo un compañero de marcha pasaba por el camino que bordeaba el precipicio, y cayó desde una altura de 15 metros.

Resalta que todos los participantes manifestaron que la anchura del camino era suficiente, que llevaban luces frontales y que se ayudaban de cadenas ancladas a la pared, por lo que aprecia que fue el gesto de la menor el que desencadenó el accidente. El auto indica asimismo que las botas de la menor presentaban un avanzado estado de desgaste.