El Juzgado de Familia número 2 de Huesca ha acordado sobreseer y archivar provisionalmente las diligencias abiertas a Sonia E. por el presunto secuestro de su hijo de 11 años, con el que huyó de Estados Unidos en 1995 para escapar, según su versión, de los malos tratos de que era víctima por parte de su marido, de nacionalidad norteamericana. El menor se halla internado en un centro de acogida del Gobierno aragonés de la capital oscense desde que su padre denunció que había sido secuestrado.

El juez oscense basa su decisión en el hecho de que "no se ha acreditado que Sonia E. secuestrara a su hijo Brian y de que no existen indicios de delito", según informó ayer César Fortacín, representante legal de la mujer. "Además --añadió el letrado-- hemos conseguido que el horario de visitas al centro de acogida por parte de Sonia se amplíe de una a cuatro horas".

"Es una buena noticia", subrayó Fortacín, quien insistió que la madre, "en adelante, podrá estar más tiempo con su hijo, dos horas por la mañana y otras dos por la tarde, aunque mi intención es que, a ser posible, los encuentros entre Sonia y el niño se produzcan en un entorno más familiar que el del centro de acogida".

El juez notificó el sobreseimiento al fiscal del caso, para que decida si respalda el sobreseimiento y archivo provisional y si se sigue adelante con la acusación.

Mientras tanto, en Zaragoza, el Juzgado de Familia número 6 recibió ayer informes psicológicos sobre el pequeño Brian. Estos documentos servirán para que el juez decida si el pequeño debe regresar a Estados Unidos junto con su padre.

Sonia E., que hasta ahora se había mantenido en un relativo anonimato, fue objeto el miércoles de un acto de apoyo en la ciudad de Huesca en el que participaron en torno a 200 personas.

APOYO POPULAR Los concentrados, que se reunieron en la plaza de Navarra, exigieron que el niño sea devuelto a su madre por los Servicios Sociales de la DGA, que se hicieron cargo del menor al tener conocimiento de que su padre lo había reclamado desde Estados Unidos.

El caso de Sonia E. se remonta al año 1995, cuando la mujer, de origen aragonés, regresó a Huesca desde Estados Unidos huyendo, según sus palabras, de una vida de violencia doméstica.