Los detractores de Yesa consideran que no es necesario ningún recrecimiento de la presa porque hay alternativas que permiten cubrir las demandas sin crear nuevos impactos en la zona. Así, hablan de modernizar el regadío de Bardenas (donde, en buena parte, se riega por gravedad) y de plantear embalses de regulación en el llano, entre otras cosas. No quieren ceder, por lo que no apoyan ni la cota máxima ni la media. Denuncian que el proceso de debate ha sido un "paripé" y advierten de que seguirán reivindicando sus alternativas sea cual sea el resultado del pleno de hoy.