Los arquitectos zaragozanos hicieron ayer un llamamiento al teniente de alcalde de Urbanismo, Antonio Gaspar, para que intente compatibilizar la salida de la fábrica Schindler de Las Fuentes con conservar parte de su arquitectura industrial cambiándola de usos. "Es una lástima que un edificio de interés arquitectónico pueda ser derruido cuando 16.000 metros cuadrados se van a destinar a zonas verdes y dotaciones", afirmó ayer el presidente del Colegio de Arquitectos, Emilio Rivas.

La multinacional y el ayuntamiento han acordado el traslado de la fábrica al polígono Empresarium en el 2006. Un convenio por el que se recalifica el terreno de Las Fuentes para 416 pisos y, a cambio, se ampliará la plantilla y la producción de la instalación.

Todos los arquitectos preguntados al respecto opinaron de forma unánime sobre una de las fábricas más importantes del desarrollo de la Zaragoza de los años 40, obra del arquitecto Miguel Angel Navarro. Mantener ese testimonio y reutilizarlo es dotar de complejidad urbana a la ciudad. Una huella por la que apuestan otras ciudades.

"Habría que crear un catálogo de bienes industriales a proteger, así todo sería mucho más fácil", aseguró Manuel Castillo. "Es muy difícil transmitir que la arquitectura industrial tiene un valor. Pero la antigua fábrica Giesa es todo un mito que debiera estar protegido en parte", añadió José Antonio Lorente.

"Su estilo prerracionalista es muy interesante. La introducción del art-decó y la mezcla con otros lenguajes, como el expresionismo, lo convierten en un híbrido muy interesante", reflexionó Fernando Aguerri.

"No hay reglas fijas y en cada caso depende del edificio, de su valor, posición en la ciudad o extensión. Pero, por lo general, las sustituciones no suelen estar a la altura", aseguró Basilio Tobías.

"Hay que compatibilizar la salida de la industria del centro de las ciudades con la transformación de los interiores de estos edificios con imaginación, dotándoles de carácter. Por ejemplo, en lugar de construir vivienda estandarizada, crear lofts modernos en estos espacios", argumentó Pérez Latorre. Este "equilibrio", del que también se hizo eco ayer Carlos Labarta, es la apuesta de futuro lanzada por todos los arquitectos ante ejemplos como éste, carente de protección alguna.