La nueva Romareda debería construirse junto al Ebro y en un solar mucho más amplio que el actual. Esta es la postura oficial del Colegio de Arquitectos de Aragón, plasmadas en un escrito de alegaciones contra la recalificación que ha instado el Ayuntamiento de Zaragoza para incluir usos comerciales y terciarios en la parcela del campo de fútbol. Estos nuevos aprovechamientos permitirán financiar un nuevo terreno deportivo sin cambiar de emplazamiento.

"Desde el sentido común, parece inoportuno dejar La Romareda en su actual ubicación, se pierde una baza para hacer ciudad y configurar una nueva centralidad". Esta es la idea que defendió ayer el decano del colegio profesional, Francisco Pérez Arbués, en la presentación pública de las alegaciones. Los arquitectos solicitan al consistorio que abra un debate sobre el futuro del estadio y consideran indispensable, sobre todo, "que no se tome decisión alguna antes de saber el próximo mes de diciembre si hay Expo o no en Zaragoza".

En el escrito se detallan hasta cinco posibles puntos urbanos para acoger el futuro campo, incluido el barrio de Valdespartera, que es donde lo situaba el anterior Gobierno municipal del PP con un proyecto de Ricardo Bofill. Además, se propone el meandro de Ranillas, Junto a la Expo 2008; el triángulo de la Almozara que da al Ebro --donde se lanzó la contestada idea de edificar las viviendas de Villa Expo--; la fachada este de Las Fuentes --junto al cinturón o el entorno del pabellón Príncipe Felipe.

La apuesta concreta del colegio es la de aquellos emplazamientos que lindan con el Ebro: Ranillas, Almozara o Las Fuentes.

El Colegio se carga de razones urbanísticas y técnicas para argumentar su rechazo a la decisión del Gobiermo municipal PSOE-CHA, que descartó el doble plan de trasladar el estadio a Valdespartera y construir mil pisos de lujo en La Romareda y ha optado por levantar un nuevo campo de fútbol en el mismo lugar donde está.

Según las alegaciones de los arquitectos, mantener el emplazamiento en una zona "consolidada, de calidad urbana y con notable actividad" no resuelve problemas urbanísticos, sino que los genera. "El estadio impide una correcta comunicación del barrio de Romareda con el Ensanche, impide la realización de algunos equipamientos y axfisia el auditorio por la proximidad de las edificaciones planteadas"

El Colegio advierte también problemas de seguridad, falta de aparcamientos --el párking subterráneo planteado se considera insuficiente--, conflictos de tráfico por la proximidad del hospital Miguel Servet e imposibilidad de abordar un gran aforo, que supere los 40.000 metros cuadrados.

El espacio adecuado para construir un campo, recordó el decano, son 22 hectáreas, mientras que en La Romareda "tenemos poco más de cuatro". En el escrito de alegaciones sólo se ve una posibilidad para que el estadio siga donde está: que no se hagan los 40.000 metros cuadrados de comercio, hoteles y oficinas previstos, y por los que se insta la modificación el Plan General.