El equipo de Gobierno del PSOE-CHA en el Ayuntamiento de Zaragoza empezó ayer oficialmente a aplicar su plan de recorte del gasto con una modificación presupuestaria de algo más de tres millones de euros, una decisión muy criticada y cuestionada por la oposición. La mayoría de los fondos detraídos procede de obras y convenios y se destinará a la deuda, que se recortará en casi dos millones.

La comisión de Economía y Hacienda sacó adelante la modificación presupuestaria con la abstención de PP y PAR, que no les impidió lanzar duras críticas. Entre las partidas recortadas constan proyectos del PICH y la recuperación de riberas del Ebro y entre las eliminadas, la de mantenimiento de los mercados.

El edil popular Ricardo Mur consideró que el plan de recorte es una "mentira" y exigió ver facturas y recibos porque tiene constancia de que el dinero irá destinado al agujero de ocho millones que han generado los socios en sus diez meses de gestión. El aragonesista Manuel Blasco señaló que la deuda no puede ser excusa para que un "técnico puesto a dedo" recorte "ni un euro" de inversión o "importantes" convenios.

El responsable financiero del consistorio, el catedrático Alberto Lafuente, negó categóricamente que el dinero vaya a cubrir un agujero generado por el PSOE-CHA y enfatizó que las cuentas son públicas y pueden ser consultadas en cualquier momento. Lafuente, muy molesto, señaló que el consistorio no puede dejar de pagar a sus proveedores y que, por tanto, se deben recortar todas las partidas, salvo las de Acción Social, como aprobó el equipo de Gobierno hace unas semanas.

El fichaje económico de Belloch recordó que el recorte debe llegar al 5,3% en todos los departamentos, salvo Acción Social, para ahorrar 11 millones y destinarlos a reconocer obligaciones. La primera fase ya se aprobó en marzo y la segunda salió ayer adelante. Lafuente apuntó que gran parte de los fondos se obtienen de bajas de concursos, de ahorros financieros y de partidas que no se consumirán en su totalidad.