El camino Alto de Movera, la principal vía de acceso para la vivienda de Pilar Gil y su marido, vuelve a estar operativo. Lo está desde finales de febrero, cuando el Ayuntamiento de Zaragoza arregló el sendero; un hecho que acaba con cerca de un mes de semiaislamiento de esta pareja mayor y con necesidades médicas. De hecho, solo contaban con otra vía alternativa que obligaba a dar un rodeo por la cercana urbanización de El Lugarico a las ambulancias que casi todos los días recogen a la mujer para que acuda a rehabilitación a Zaragoza.

El camino particular amaneció a finales de enero cortado y cercado por unas vallas municipales. Este acceso de la carretera de Barcelona, muy cercano a las obras que se acometieron sobre la tubería rota en el polígono Malpica, no solo era esencial para esta pareja, sino que muchos vecinos de la urbanización cercana también hacían uso de él, puesto que acortaba en gran medida el tránsito.

NORMALIDAD

Este diario se hizo eco de la situación de la pareja a finales de febrero. Los trabajos de reparación de la vía se llevaron a cabo esa misma semana y fueron completados en unos pocos días. Estas labores, de hecho, comenzaron un viernes y el lunes ya se podía circular. «Han tardado pero lo han hecho», afirmó Pilar acerca de la solución del problema. Así, ese mismo lunes todavía acudió en ambulancia a Zaragoza por la vía alternativa por la mañana, aunque en la vuelta, al mediodía, ya pudo acceder a su casa por el camino.

«Ahora ya pasa todo el mundo otra vez por aquí», señaló acerca del retorno a la normalidad esta mujer que, en su momento, y aunque afirmó que nunca le han gustado «denuncias ni manifestaciones», incluso llegó a pensar llevar a cabo una protesta cortando la carretera de Barcelona.

Afortunadamente, no fue necesario llegar a tal extremo. El consistorio cumplió su palabra y recuperó un acceso de gran importancia para el matrimonio.