La Policía Nacional arrestó el jueves, aunque se hizo público ayer, a dos personas, D.P.C. y P.P.R., ambos varones de 23 años, como presuntos autores de varias estafas.

Según las investigaciones, los arrestados eran empleados de una empresa instaladora de gas, constituida recientemente de forma legal con el único objetivo de servir como tapadera al verdadero "negocio" --el de las estafas--. El domicilio social estaba fijado en Madrid, pero han actuado en Zaragoza. De los dos, solo uno poseía formación y conocimientos.

Al parecer, seleccionaban previamente domicilios ocupados por personas de mayores que vivían solas; llamaban al timbre --algunas veces, concertaban una cita previa-- y se presentaban como revisores de la caldera del gas, exhibiendo una indumentaria adecuada. El coste de las reparaciones no superaba los 200 euros.