-Su hermandad, conocida popularmente como La Humildad, cumple este año 25 años de su refundación. ¿Qué le supone a usted este aniversario?

-Alegría, uno echa la vista atrás y ve en lo que nos hemos convertido y uno no puede estar más satisfecho. Los inicios fueron muy difíciles porque apostamos por el estilo andaluz cuando aquí eso no se veía y ahora hay respuesta. Nos ayudó mucha gente.

-Pero no solo pusieron en marcha una nueva cofradía en estos tiempos, si no que han conseguido que sea una de las más populares entre la ciudadanía...

-Cada hermandad en su estilo tiene un enganche, hay que ser humildes, si bien reconozco que nuestra singularidad de pasos con costaleros y nuestra estética andaluza gustó, gusta y espero que siga gustando.

-En este periodo, por ejemplo, la virgen del Dulce Nombre ha cambiado parte de su vestuario y el Señor de la Humildad procesiona con el misterio completo y sobre un paso nuevo. Esto habrá costado mucho dinero, más allá en una cofradía no tan grande como otras. ¿Cómo se consigue?

-Con mucho esfuerzo de los hermanos, tanto económicamente como de trabajo. Si algo nos lo podemos hacer nosotros para qué ir a otro lado. Tenemos un grupo de hombres y mujeres que cosen y que han sido los encargados de actualizar vestuarios. Algún crédito se ha pedido al banco, pero siempre con cabeza. Hay que estirar los fondos que uno tiene porque más allá del Domingo de Ramos también está nuestra labor social en el barrio de La Magdalena, a través de su parroquia.

-De hecho el paso todavía está sin decorar… ¿Tienen previsto qué van a hacer o cuándo?

-Se puede dorar o tratar la madera, no lo tenemos concretado, pero sí que es verdad que ya corre prisa porque el madera sufre al aire.

- Al estilo sevillano ustedes añaden el sonido del Bajo Aragón. ¿Cómo se articulan ambos movimientos?

-No ha sido fácil, pero se ha conseguido y de hecho esa mezcla todavía nos hace más atractivos. Es saber situarlos en la procesión y que puedan combinar con las bandas que van detrás del paso de misterio y del paso de palio. Que tengamos una identidad andaluza no significa que lo propio de Aragón lo dejemos de lado, siempre hemos querido aumentar la sección de instrumentos y poco a poco lo estamos consiguiendo. De los 46 iniciales ahora estamos en más de un centenar. Somos más de 500 hermanos.

-Zaragoza era una ciudad en la que los pasos se llevaban en andas. Ahora se ven pocas, si bien ustedes incluyeron los costaleros. ¿Fue fácil?

-Fue muy difícil. Se refundó en 1993 proveniente de la cofradía de Jesús ante Caifás. No fue hasta el 2000 cuando salimos con nuestros titulares realizadas por Francisco Berlanga. Fue nuestra puesta de largo tras adquirir las imágenes y tener todo listo. De la canastilla inicial al paso actual del Señor ha variado mucho.

-Está claro que es una forma de procesionar que gusta. ¿No cree que se deberían de abandonar las ruedas?

-Cada cofradía atrae por lo que atrae, no soy yo nadie para decirle a otra lo que tiene que hacer. Además, cada una tiene una forma distinta de expresarse.

-¿Y las velas? Porque su hermandad es de las pocas que aún conservan, a pesar de su modernidad, ese sabor de antaño con las velas en pasos y en los hermanos de vela.

-Te puedo dar la misma contestación, pero añado que es más caro lo natural que la batería.

-¿Cree que da un cierto ambiente de espiritualidad que no dan las otras?

-Para mí sí, es como cuando uno pone velas en su casa y apaga la luz. Se hace por algo. ¿No?

-¿Volviendo a los inicios. ¿Qué van a hacer de especial este año?

-Este Domingo de Ramos (hoy) habrá estreno, pero es secreto. En septiembre celebraremos el triduo los días 12, 13 y 14, y trasladaremos a la virgen en una peana a la iglesia de Santiago para luego llevarla, ya con palio, al Pilar el 16. En noviembre habrá una exposición en Capitanía.