Teresa Artigas se va. Dimite como concejala de Zaragoza en Común (ZeC) en el ayuntamiento a tan solo tres meses de que se celebren las próximas elecciones municipales, el 26 de mayo. Lo anunció ayer arropada por todos sus compañeros de grupo y muy emocionada, tanto que no pudo contener sus lágrimas. Se marcha por motivos «estrictamente personales» y a sabiendas de que es una decisión «difícil de entender» por la cercanía de los comicios. Adriana Caridad, militante de IU y número diez en las listas de ZeC, será quien le sustituya hasta que finalice el mandato de Pedro Santisteve, examinado con lupa.

La propia Artigas confesó que no todos habían aprobado su decisión. Por más empeño que pongan en negarlo, su dimisión evidencia la crisis interna en la que está inmersa ZeC y que ha terminado por visibilizarse en las últimas semanas, con unas primarias a la vuelta de la esquina sin diseñar por las diferencias existentes dentro de la confluencia. Por más que dijo que «no hay, ni ha habido ni habrá una crisis en ZeC», a Santisteve le ha explotado su marcha en plena batalla por ir de número uno en las listas de las municipales y con un sector crítico, encabezado por Violeta Barba, arañándole el liderazgo.

Se sabía que no volvería a repetir en listas, pero su dimisión sorprendió por el momento elegido, y eso que no era la primera vez que Artigas trasladaba al alcalde su intención de abandonar el barco, pero sí la primera que Santisteve no lograba convencerla para que aguantase tan solo tres meses más. De esta manera se queda coja una de las áreas más importante, la de Movilidad, que no ha estado exenta de polémica.

Artigas da un paso atrás en la vida política pero no abandonará el consistorio porque tiene previsto volver a solicitar su plaza como técnica de Medio Ambiente. Hasta que suceda, seguirá apoyando al grupo y participará en la coordinación de la campaña. «ZeC sigue siendo un proyecto político válido y la única alternativa para que los ciudadanos estén en el centro de las políticas», aseguró Artigas, que destacó que durante esta legislatura el medio ambiente ha estado muy presente en las políticas municipales.

Orgullosa del trabajo realizado, destacó que el Gobierno de ZeC, además de haber sido el «mejor para la ciudad», ha sido «capaz de bajar a la realidad» y de hacer frente «sin miedo y sin temor» a los obstáculos que se han encontrado por el camino, fruto de una realidad con la que no contaban por su inexperiencia y de los grupos de la oposición que, añadió, no se lo han puesto fácil. En este sentido hizo referencia al PSOE, aunque sin mencionarlo. «Hemos tenido que luchar contra viento y marea, incluso contra aquellos que se supone que eran primos», señaló.

HITOS

Admitió que ha pasado momentos muy duros al frente a la concejalía de Movilidad, con la huelga más larga de la historia del autobús urbano o la primera del tranvía. Sin embargo, destacó que aunque fueron cuatro meses duros en los que tuvo que enfrentarse a muchas críticas y acusaciones, se demostró que «los conflictos se podían resolver de otra manera» y prueba de ello es que los trabajadores del bus llevan tres años de paz social, destacó.

Ajena a los discursos duros y los debates tensos y cargados de acusaciones tuvo que afrontar una comisión de investigación sobre la gestión de la sociedad Ecociudad que le generó un gran desgaste, más personal que profesional. Admitió que han cometido errores -«de los que hemos aprendido- pero con la satisfacción de que han conseguido cambios. «Hay cosas que ya no van a cambiar, que ya se han conseguido», indicó.

En su lista de logros destacó la ampliación del carril bici, que suma ya 133 kilómetros (un 14% más que en el 2015); la reducción del tráfico privado en el centro de la ciudad; la mejora de la flota de los autobuses urbanos con la renovación, o el impulso a las políticas agroalimentarias. Se va con uno de sus proyectos estrella pendiente: la compra directa de energía.