El juicio político al que se ha visto sometido el Gobierno de Zaragoza en Común (ZeC) con la comisión de investigación de Ecociudad ha enfangado tanto las relaciones de los grupos con él, y con la presidencia y vicepresidencia que ostentan el alcalde Pedro Santisteve y Teresa Artigas, respectivamente, que ya hay una decisión tomada sobre los movimientos a realizar a corto plazo. El consejo de administración, cuando finalice el mes de plazo dado por ZeC a la oposición para que asuma los cargos de responsabilidad que ellos representan, se quedará sin Artigas y sin el consejero Pablo Muñoz, el tercer edil de ZeC en él. Los dos dejarán su puesto pase lo que pase, aunque difícilmente lo vayan a confirmar ahora en este compás de espera y con PP, PSOE y Ciudadanos (C’s) pidiendo su renuncia públicamente.

Tal es el grado de convencimiento de que su salida será un hecho a lo largo de junio o en julio, que tras ese órdago político ambos serán sustituidos por ciudadanos provenientes del tejido social. Se trata de eliminar el perfil político que es, a juicio de ZeC, lo que ha contribuido al «bloqueo» (así lo definieron ellos mismos la semana pasada) y a crear un «ambiente viciado» en las relaciones cotidianas y hasta en las labores de gestión. También con el gerente de Ecociudad, Miguel Ángel Portero, que puede adoptar medidas para verse resarcido del daño causado durante la legislatura y que capitalizó todo el objeto de la investigación.

El perfil de quienes van a sustituir a Artigas y Muñoz es objeto de debate y cualquier elucubración sobre los posibles nombres puede ser algo efímero. La consigna es clara: no habrá movimientos hasta que finalice el mes dado a la oposición para que presente una alternativa. Por eso se toma en ZeC como una cuestión de confianza al PSOE, porque dependiendo de cuál sea su decisión, junto al PP y C’s, quizá la renuncia a sus cargos en Ecociudad sea el menor de los cambios que se introduzcan.

SIN ALTERNATIVA / Sus planes, sin embargo, tienen lagunas todavía. Es pronto para definir con detalle la estrategia. Pero entre los hándicaps que se van a encontrar está la difícil posición en la que queda el alcalde de Zaragoza, Pedro Santisteve, que es, por los estatutos que rigen a la sociedad municipal, su presidente. Aunque no quiera, como muchos señalan en el entorno del grupo municipal, quizá se tenga que acabar quedando. O no tenga tan fácil renunciar al puesto y dejar que un ciudadano ajeno a la corporación asuma ese rol.

Su traspiés con la visita a la Fiscalía le condujo a una relación irreconciliable con Portero, arropado ahora por todos los partidos que le señalan por su gestión y le culpan de un hostigamiento que no ve como tal. En su análisis de lo ocurrido sigue convencido de que puso en conocimiento del fiscal hechos que podrían ser constitutivos de delito y en base a un declarante que luego se desdijo. Quizá sus renuncias sirvan, teniendo esa decisión tomada, para darle un triunfo a PP, PSOE y C’s que desbloquee Ecociudad.