El Arzobispado de Zaragoza quiso ayer mostrar su confianza en la Justicia tras conocer la imputación de su responsable, monseñor Vicente Jiménez; del ecónomo diocesano, Ernesto Meléndez, y del perito informático Jorge Pina; por el supuesto espionaje llevado a cabo en el seno del tribunal interdiocesano de la capital aragonesa, tal y como adelantó ayer EL PERIÓDICO.

A través de un comunicado, señalaron que «se afronta esta declaración desde el máximo respeto a la autoridad judicial y se pone de manifiesto que el único fin que ha guiado a esta institución ha sido la demostración de la verdad, alcanzada bajo la observancia de los preceptos legales». Desde la institución destacaron que están «firmemente convencidos de que la verdad padece, pero no parece», a la vez que señalaron que las informaciones difundidas sobre este asunto «perjudican la buena fama de las personas y de la institución».

La investigación judicial parte del presunto espionaje realizado a la exnotaria del tribunal diocesano que traspasaría los límites laborales en los que ambas partes están enfrentadas en los juzgados civiles y eclesiásticos.