El arzobispo de Valencia, monseñor Agustín García-Gasco, afirma en su carta de esta semana que el agua "es un derecho de todos", y realiza un llamamiento "a la solidaridad cristiana de otras regiones para que, sin dejación de sus legítimas aspiraciones, sepan comprender las necesidades de nuestra tierra".

El prelado defiende en su carta la labor de los agricultores valencianos que, destacó, "hace dos milenios supieron crear un sistema de regadíos para el mejor aprovechamiento del agua y cuyo Tribunal de las Aguas es un ejemplo mundial de justicia, equidad y reparto equitativo de ellas".

En su carta, titulada Agua y Solidaridad , señala: "Con tristeza de corazón observo las legítimas demandas de los valencianos en temas como el agua y la falta de solidaridad de algunas comunidades autónomas". Al respecto, sostuvo que la riqueza "no se logra con egoísmo insolidario" sino con "solidaridad", y "la solidaridad empieza por el prójimo".

"En los problemas entre comunidades autónomas, resulta un criterio esclarecedor preguntarse si estamos ofreciendo una solución acorde con el amor solidario al prójimo", añadió.

Según monseñor García-Gasco, el agua, que "como riqueza natural es un regalo divino", es al mismo tiempo "un derecho de todos, y todos debemos de compartirlo con racionalidad y solidaridad". En este sentido, el prelado invitó a aprovechar el ejemplo de la "construcción generosa del nuevo espacio europeo, donde se han superado políticas individualistas de aranceles, pasos fronterizos y divisiones monetarias para conseguir el bien común".

Y concluyó: "Difícilmente podrá ser una persona, un pueblo o una nación solidaria con los bienes fruto de su esfuerzo si no es capaz de ser solidario con el agua, un regalo divino".