Zaragoza se enfrenta a su cuarta semana de paros parciales en el tranvía. Los trabajadores se reúnen hoy en asamblea para decidir si los nuevos cuadros de marchas propuestos por la empresa, Urbanos de Zaragoza, les convencen y son suficientes como para suspender la huelga.

Los paros parciales, de 8.00 a 10.00 y de 19.00 a 21.00 horas, comenzaron el 13 de marzo, con el 7 de abril marcado en el calendario como último día. Sin embargo, tras el devenir de las negociaciones tanto en el Servicio Aragonés de Mediación y Arbitraje (SAMA) como en Inspección de Trabajo, donde no se ha logrado acercar las posturas ni un ápice, no se descartó ampliar el periodo.

Los puntos de fricción se pueden resumir en tres: los cuadros de marchas, una oficina de descanso y un programa informático que permite controlar el tiempo de conducción.

Desde Urbanos de Zaragoza anunciaron el miércoles que el 9 de abril comenzarán a aplicarse los nuevos servicios de los trabajadores, lo que les garantizará 57 minutos de descanso, cuando los empleados exigían 20. Del total, la contrata prevé que 37 los realicen en las terminales, entre viaje y viaje, y los otros 20 de forma continuada. Desde el comité de huelga nada han dicho al respecto, salvo que la empresa «no ha concretado» esta decisión. Desde la concesionaria explicaron que han decidido implementarlos sin contar con el visto bueno de la representación sindical tras no haber alcanzado consenso alguno durante las negociaciones.

Hoy está previsto que los empleados se reúnan en asamblea y tomen alguna decisión, entre las que podría encontrarse la desconvocatoria de la huelga. En caso de que consideren que la decisión de la empresa es positiva, los trabajadores volverían a votar en referendo si estan conformes con la desconvocatoria.

En relación al área de descanso, el comité denuncia que no cuenta con las condiciones mínimas de habitabilidad, sin embargo, la empresa asegura que cuenta con mobiliario, climatización y que en los próximos días se va a instalar una cafetera y un microondas. Esta será provisional ya que sigue negociando con el consistorio su ubicación definitiva.

También exigen los conductores que se instale cuanto antes el software que permitiría controlar los tiempos de conducción. Según la empresa, se hará cuando esté listo, una respuesta que no convence a la representación sindical.

Son tres de los puntos que mayor confrontación han generado y por los que el pasado mes de octubre los trabajadores del Urbos 3 ya amenazaron con convocar paros en las fiestas del Pilar. Finalmente se alcanzó en el SAMA un acuerdo que, según los empleados, se ha incumplido.