U monja luterana brasileña, Dorace Julieta Edinger, fue violada y asesinada a martillazos en la ciudad mozambiqueña de Nampula, donde dos misioneras aragonesas viven amenazadas por denunciar el secuestro de niños para traficar con sus órganos.

Aunque la Policía de Mozambique niega que el crimen esté relacionado con esa denuncia, en la que no intervino la víctima, un hermano de las dos monjas zaragozanas señaló a este periódico que la víctima conocía esta venta ilegal de órganos. "No creo nada de lo que dice la Policía de aquel país porque agentes y altos cargos están implicados en el tráfico de órganos", manifestó Nicanor Calvo Ariño a este periódico.

Según informó a Efe Wilson Domínguez, jefe de la sección consular de la embajada de Brasil en Maputo, la religiosa de la Iglesia Evangélica de Confesión Luterana fue asesinada durante el pasado fin de semana, probablemente el sábado según los forenses, pero su cadáver fue descubierto sólo el martes pasado, cuando los vecinos llamaron a la policía debido al hedor que salía de su vivienda.

Portavoces de la Policía mozambiqueña dijeron que la monja, que presentaba varios golpes profundos en la cabeza, fue hallada envuelta en tres mantas y el martillo utilizado estaba cerca del cadáver.

La policía no ha hecho comentarios al respecto, aunque desvincula la muerte de la monja con la reciente denuncia hecha por monjas católicas españolas y brasileñas sobre el secuestro de 50 niños en las provincias de Nampula e Inhambane, varios de los cuales fueron hallados muertos y con sus órganos extirpados. Una investigación de la Policía concluyó que no había pruebas que avalen la denuncia.