El asesino de Fago, Santiago Mainar, permanece desde ayer en coma en la uci (Unidad de Cuidados Intensivos) del hospital Marqués de Valdecilla de Santander), al que fue trasladado desde la cárcel del Dueso, en la que cumple la pena de 20 años y nueve meses de prisión que le impuso la Audiencia Provincial de Zaragoza --y ratificó el Supremo-- por el asesinato del entonces alcalde de Fago, Miguel Grima, en una emboscada perpetrada la noche del 12 de enero del 2007 en la carretera de Villarreal de la Canal a Ansó.

Este es el segundo ingreso hospitalario de Santiago Mainar que trasciende. El anterior se produjo a finales del 2009, en el periodo transcurrido entre el juicio del crimen de Fago y la emisión de la sentencia por la Audiencia de Huesca. En esa ocasión fue evacuado desde la cárcel de Zuera al hospital Miguel Servet, en el que recibió el alta unos días después.

Esa vez, como entonces, fue su compañero de celda quien, al encontrarlo desorientado tras despertarse, dio la alerta a los funcionarios del penal del Dueso, según explicaron fuentes penitenciarias. Poco después era reconocido por los servicios sanitarios de la cárcel, que decidieron trasladarlo al hospital.

TRASLADO Allí, tras ser sometido a unas pruebas, fue ingresado en la uci, donde se encontraba en estado de coma al cierre de esta edición.

Los responsables de la cárcel comunicaron el traslado a su hermana, Marisa Mainar, que es el miembro de su familia al que el recluso señaló como contacto para situaciones de emergencia.

Mainar fue trasladado desde la cárcel de Zuera a El Dueso poco después de que el Tribunal Supremo confirmara la sentencia condenatoria que la Audiencia Provincial de Huesca emitió el 4 de diciembre del 2009.

La sentencia le impuso una condena de veinte años y nueve meses de cárcel como autor del asesinato de Miguel Grima, al que le destrozó el corazón de un certero cartuchazo cuando este bajó a retirar de la carretera unas piedras que este previamente había colocado.

La resolución deja la puerta abierta a la existencia de cómplices o coautores del crimen. "No encontramos ningún motivo válido por el que Santiago Mainar pudiera declararse autor de un crimen tan execrable su verdaderamente él no lo hubiera cometido", señalaron los magistrados, "a menos que Mainar quisiera en puridad, sin decirlo claramente, exculpar" a alguien.

"Tenía conocimiento pleno de los hechos", añade la sentencia, y "ello sería así porque habría intervenido necesariamente en su ejecución, aun en compañía de otra u otras personas". El Supremo no modificó la conclusión.