Marzo del 2018. Aragón Exterior (Arex) recibe la comunicación de que existe una compañía interesada en realizar inversiones en la comunidad. Se trataba de una oferta ciega, por lo que se desconocía qué empresa había detrás, qué requisitos exigía y cuál era su apuesta de futuro. El anuncio fue trasladado desde el Instituto de Comercio Exterior (ICEX) -organismo que también promueve la inversión extranjera en España-, que previamente había realizado una criba de posibles candidatos para acoger el proyecto en España. La documentación de dicha oferta llegó a manos del Gobierno de Aragón el 1 de abril del 2018, que, a partir de entonces, comenzó a preparar informes y responder a las exigencias de la potencial firma inversora. «Nos pedían tres parcelas de más de 100.000 metros cuadrados, fibra óptica, disponibilidad de energía suficiente y agua. Pero no sabíamos de quién se trataba, solo que era para un centro de datos», recuerda la consejera de Economía, Marta Gastón. Ese fue el comienzo del desembarco de Amazon. Hoy, 19 meses después, Aragón celebra que ha sido elegida por la multinacional.

EL PERIÓDICO DE ARAGÓN relata en este artículo cómo se gestó el acuerdo entre la administración autonómica y la compañía liderada por Jeff Bezos. La negociación tuvo de todo, pero finalmente llegó a buen puerto. El 31 de octubre Amazon Web Services (AWS) anunció la instalación, entre el 2022 y el 2023, de tres centros de datos en Huesca, Villanueva de Gállego y El Burgo de Ebro.

Las cifras previstas son astronómicas, pero fuentes consultadas por el sector señalan a este diario que «la realidad las dejará cortas». Más de 2.500 millones de inversión y al menos 1.500 empleos resumen un proyecto que convertirá a Aragón en eje de la economía digital en los próximos años. Así, al menos, lo subrayó el presidente Lambán en la jornada de AWS Initiate, celebrada el pasado miércoles en Madrid. Fue el broche de oro a un largo camino.

LA CLAVE DE LA CONFIDENCIALIDAD

Una de las fechas marcadas en rojo en todo este proceso fue el 19 de junio del 2019. Ese día se firmó un acuerdo de confidencialidad entre la DGA y Amazon, un documento que ha sido clave para que la negociación llegara a término. «La discreción y la confianza han sido prioridades absolutas», recuerda la consejera Gastón, que junto al secretario general técnico de Presidencia del Gobierno aragonés, Julio Tejedor, han sido quienes han pilotado las conversaciones con la multinacional en estos 19 meses.

El 11 de julio fue otro de los puntos de inflexión. Ese día, la sede de Amazon en Madrid recibió a una delegación de Aragón encabezada por Lambán, que acudió a la cita con una carta dirigida al propio Bezos y al CEO de Amazon Web Services, Andy Jassy. En ella subrayaba el interés de Aragón por acoger el proyecto. El encuentro fue absolutamente confidencial, como no podía ser de otra forma tratándose del gigante norteamericano que tiene una hoja de ruta clara: discreción, largo plazo, cumplimento de los acuerdos, rigor y seriedad.

Allí esperaba un equipo técnico de AWS -exclusivamente preparado para analizar este tipo de proyectos en todo el mundo- que explicó al detalle la inversión que querían poner en marcha en Aragón. El grupo estaba liderado por dos o tres personas, que guiaban a técnicos expertos en varias materias, es decir, un grupo multidisciplinar.

En estos dos encuentros (19 de junio y 11 de julio del 2018) se cimentó la relación con Amazon, aunque durante estos dos meses hubo muchos más encuentros, hasta 60, en localizaciones muy diversas, desde hoteles a las sedes de la compañía y del Gobierno de Aragón, así como otras ubicaciones que determinaba siempre Amazon. La multinacional mandaba. A eso se añadieron múltiples visitas a Aragón, videoconferencias y un enorme intercambio de documentación que viajaba, en la mayor parte de los casos desde el Pignatelli hasta la sede de la multinacional en Seattle (Estados Unidos). Y un largo etcétera.

Pero Aragón no era el único novio de Amazón. Había más pretendientes, ya que competía con otras posibles ubicaciones en España y en el continente europeo. En el ámbito nacional, los otros candidatos en liza eran Andalucía, Castilla y León, Comunidad Valenciana, País Vasco y Madrid. Esos fueron, al menos, lo que pasaron la criba con los requisitos que solicitaba la multinacional. Al proceso final llelgaron dos finalistas y una de ellos fue Aragón. El resultado ya se conoce.

WALQA, PRIMERA APUESTA

Para satisfacer las exigencias de Amazon -que fueron muchas y muy diversas-, el Gobierno de Aragón ofreció un amplio abanico de posibles ubicaciones. Una de las primera en que se pensó fue Walqa (140.000 metros cuadrados), aunque finalmente quedó descartada porque no cumplía con los requisitos técnicos y de espacio. Por tanto, la DGA trasladó otra docena de alternativas a la compañía, es decir, «todas aquellas que cumplían con los requisitos», ya fueran los terrenos de titularidad púbica, privada o municipal, recuerda la consejera de Economía.

Este fue uno de los muchos trabajos que abordó el grupo multidisciplinar que el Gobierno de Aragón creó para llevar a cabo la negociación con Amazon. Gastón y Tejedor estaban al frente, pero estuvieron arropados por un buen número de técnicos (hasta diez o doce, según el momento), procedentes desde el Instituto Aragonés de Empleo (Inaem), pero también de Suelo y Vivienda de Aragón (SVA), Aragón Exterior (Arex), Urbanismo y áreas vinculadas con las nuevas tecnologías, entre otras.

A juicio de Gastón, «esa fue una de las claves». La disponibilidad de los terrenos, agua y energía eran condiciones que podían cumplir otros candidatos, pero crear un equipo específico fue «decisivo» para convencer a AWS. Y el Ejecutivo ya tenía experiencia en ello, porque ya había trabajado para la implantación de BonÁrea en Épila. «El acompañamiento en todo el proceso y el cumplimiento de los cronogramas y de los plazos creo que fue diferencial» para que Amazon apostara por Aragón, que descarta tajantemente que la firma americana tuviera alguna prebenda «No ha habido ningún trato de favor hacia Amazon, ni fiscal ni de ningún tipo», zanjó. La posibilidad de reducir los plazos administrativos y burocráticos para ejecutar el proyecto también fue una baza a favor de la comunidad.

BUENAS SENSACIONES

La meticulosidad, el rigor, la seriedad y la capacidad de Amazon para cambiar de pareja en cualquier momento no dejó margen para la complacencia. «Hasta uno o dos días antes de que se comunicara oficialmente la decisión no teníamos la certeza de haber ganado la carrera», asegura Gastón. No obstante, las primeras buenas sensaciones llegaron en Navidad y fueron ganando fuerza conforme transcurría el 2019. De hecho, la consejera recuerda que la hipótesis de la llegada de Amazon creció durante la campaña electoral pero la discreción y la prudencia debían imponerse. Incluso, se jugo con la posibilidad de que las elecciones autonómicas, del 28 de mayo, pudieran provocar un cambio de Gobierno. «No sabíamos si íbamos a continuar en el Gobierno, por lo que fuimos cerrando todos los flecos posibles con Amazon para que, en el caso de que hubiese un nuevo Ejecutivo, estuviera gran parte del trabajo hecho», señala la consejera. «Nuestro objetivo es que no hubiera marcha atrás», concluye.

No fue el caso. Y la negociación continuó con los mismos protagonistas. Para entonces ya se habían mantenido encuentros con Red Eléctrica Española (REE), Endesa y el Ministerio de Transición Ecológica para seguir avanzando. Porque el objetivo de Amazon era claro: los centros de datos debían estar disponibles para el 2022 o 2023. Tras el verano, la negociación estaba más que avanzada, pero no fue hasta finales de octubre cuando Amazon, a través de un comunicado, daba la noticia. Fue el 31 de octubre. «Ha sido el proyecto más difícil de negociar. Creo que salvo Opel no ha asomado por Aragón una compañía de tal envergadura», afirma convencida Gastón. Ahora solo falta comprobar que la revolución digital llegará pronto a Aragón para quedarse.