Aspanoa, la asociación que atiende a los pequeños con cáncer en la comunidad, dirigió sus atenciones a 196 niños y adolescentes que padecen esta enfermedad en alguna de sus fases durante el 2018. De ellos, 36 fueron diagnósticos nuevos. Estas son las cifras que maneja esta entidad que hoy, Día Internacional del Niño con Cáncer, reclama que estos pacientes tengan un seguimiento médico continuo para prevenir el desarrollo de secuelas.

De los casi dos centenares de menores atendidos el año pasado, 134 eran de la provincia de Zaragoza, 25 de la de Huesca y doce del territorio turolense. Además, otros 25 procedían de La Rioja, ya que la comunidad vecina carece de Unidad de Oncopediatría. En cuanto a la fase del tratamiento, además de los 36 nuevos diagnósticos, 46 ya tenían uno anterior y 114 se encontraban en postratamiento o revisión.

El trabajo de Aspanoa en el 2018 fue más allá de estas atenciones, puesto que puso en marcha las dos primeras investigaciones contra el cáncer infantil de la historia de Aragón. Con una inversión de 260.000 euros, ambas se desarrollan en el Instituto de Investigaciones Sanitarias de Aragón (IIS Aragón), lideradas respectivamente por los científicos Julián Pardo y Alberto Jiménez Schuhmacher.

En cualquier caso, Aspanoa pone el acento hoy -día internacional que se celebra con varias actividades como un flashmob jotero en la plaza del Pilar- en la necesidad del seguimiento médico para evitar secuelas. La entidad informó de que el 70% de los supervivientes del cáncer infantil experimentarán al menos un efecto tardío debido a la propia enfermedad o a los agresivos tratamientos que recibieron para combatirla.

PROTOCOLO

Aunque solo el 30% de estas secuelas serán graves, como el posible desarrollo de un segundo tumor, consideran que la creación de un protocolo de seguimiento específico es fundamental para prevenir o diagnosticar de forma precoz estos efectos tardíos. «Cuando los niños crecen y pasan a la edad adulta, una parte muy importante de su historial clínico se pierde en el sistema sanitario, es decir, no pasa completo del pediatra al médico de cabecera. Un protocolo específico para estos pacientes sería esencial para evitarlo», señaló su presidente, Miguel Casaus.

De la misma forma, Aspanoa también mostró su malestar por la falta de derivación de adolescentes con cáncer a Oncopediatría en la comunidad. Al respecto, recordaron que el Gobierno de Aragón aprobó en el verano del 2017 que estos menores de entre 15 y 18 años fueran atendidos en Oncopediatría en lugar de en las unidades de adultos. Sin embargo, según destacaron, en año y medio «tan solo han sido derivados dos casos, cuando se calcula que, en esta franja de edad, se registran entre ocho y diez nuevos diagnósticos cada año».

Sobre este asunto, recordaron que el Ministerio de Sanidad y sociedades médicas y científicas recomiendan esta medida, puesto que la dolencia y su tratamiento se asemeja más al cáncer infantil que al de adultos, el entorno es más adecuado y los menores pueden participar así en ensayos clínicos.