Los asaltantes de la joyería Magani, que cubrían su rostro con cacos de moto y pañuelos, habían estudiado previamente la distribución de las vitrinas del escaparate, ya que, según el responsable del establecimiento, "atacaron el cristal en el lugar donde se encontraban los relojes más caros". En esta ocasión, los delincuentes eran españoles, o al menos hablaban el castellano sin acento, según pudo comprobar un vecino que se asomó a la puerta del establecimiento al escuchar el ruido del hacha contra el escaparate. "Vete de aquí, gilipollas, o te meto el hacha en la cabeza", le dijo uno de los motoristas que apoyaban el robo. Los propietarios del establecimiento no habían advertido que merodearan personas sospechosas por el establecimiento en los últimos días. "Hace una semana, sí hubo unas persona que nos hizo sospechar", manifestó el encargado de la joyería afectada. El método utilizado por los asaltantes es similar al que sirvió para cometer uno de los robos en la joyería Baena, el pasado mes de abril. En esa ocasión, los motoristas llegaron al escaparate del establecimiento tras circular por los porches del paseo de Independencia. La Policía sospecha que ambos asaltos pueden estar relacionados.