Las plantas son un buen indicador de la salud de un ecosistema. Por eso universidades y centros de investigación de todas las regiones pirenaicas, a un lado y otro de la frontera, además de Andorra, han elaborado recientemente un Atlas de la flora de los Pirineos que recoge toda la variedad botánica existente en la cordillera.

La obra es un compendio de todo el saber acumulado a lo largo de más de dos siglos y recoge las aportaciones de los primeros exploradores de la cadena montañosa, como el barón de Lapeyrousse o Louis Ramond de Carbonnières, ambos del S. XVIII .

El objetivo, por un lado, es disponer de un inmenso banco de datos en el que figuran todas las especies vegetales del Pirineo, que es el segundo territorio con mayor diversidad florística de Europa, por detrás de los Alpes. De hecho, una de cada dos plantas de España y una de cada tres de Europa se hallan presentes en la cordillera pirenaica.

El registro, compuesto por más de 4.300 fichas consultables en internet, servirá también a los científicos para medir el impacto del calentamiento global y del cambio climático en la cadena montañosa.

ACTUALIZACIÓN

"De momento no existe constancia de que haya desaparecido ninguna planta en los Pirineos a causa del calentamiento global de las últimas décadas", asegura Daniel Gómez, investigador del Instituto Pirenaico de Ecología, una institución con sede en Jaca que ha contribuido a la realización del atlas de flora, junto al Departamento de Medio Ambiente del Gobierno de Aragón.

La elaboración del atlas botánico, que ha durado dos años, ha supuesto la actualización y la puesta en común de dos millones de datos que obraban en poder de los diferentes centros de investigación de Andorra y de las comunidades pirenaicas de España y Francia.

Esa ingente cantidad de información que se hallaba dispersa ha sido revisada y unificada y ahora constituye el acerbo común de todo el territorio pirenaico. "El inventario es exhaustivo y recoge toda la información disponible desde hace más de dos siglos", apunta Gómez.

De esta forma, indica, el atlas representa la primera gran visión de conjunto sobre toda la flora pirenaica, una herramienta "que permitirá evaluar cuáles son las especies más vulnerables ante el cambio global".

La ventaja del catálogo (accesible en la página www.florapyrenaea.es) es que pone fin a la fragmentación que reinaba hasta ahora en los estudios sobre las plantas del Pirineo.

SEGUIMIENTO

"Cada comunidad trabajaba por su cuenta y ahora lo que se ha hecho ha sido unificar y cotejar toda la información que había dispersa", subraya el investigador del Instituto Pirenaico de Ecología.

"Eso es todo un logro porque permite supera la atomización de la información ecológica, su evaluación global y un acceso inmediato y universal", añade.

A partir de ahora, este detallado censo de especies vegetales servirá de referencia para conocer la evolución de hierbas, árboles y arbustos a lo largo del tiempo y en los distintos climas y altitudes de la cordillera.

Sobre todo, permitirá realizar un seguimiento fiable de los efectos del calentamiento global en especies concretas, la mejor forma de medir el impacto del cambio climático en el ecosistema más rico de España.

En adelante será más fácil emprender políticas de conservación de la diversidad que tengan en cuenta el interés general de toda la cordillera. En este sentido, el atlas de la flora deja atrás los enfoques regionales que se han estilado hasta la fecha.

Hay que señalar que la diversidad vegetal constituye uno de los recursos del Pirineo, tanto por el interés económico que las plantas tienen para la humanidad por su uso medicinal y como alimento y pasto, como por el atractivo de los valores naturales para un número creciente de visitantes.