Un bebé de ocho meses y origen rumano perdió la vida ayer después de que un turismo se subiera a la acera y le arrollara a él y a otras seis personas que permanecían junto a una parada de autobús en la avenida Goya de Zaragoza. Dos mujeres se encuentran hospitalizadas con lesiones graves y otras cinco, entre las que figuran la madre del pequeño y la propietaria del coche siniestrado, sufrieron heridas leves.

El suceso se produjo a las 13.45 horas, entre los números 59 y 61 de la avenida en dirección a la Gran Vía. Fuentes policiales explicaron que el Nissan Micra matrícula Z-0181-BP, conducido por N. A. G. --de 40 años y enferma de esclerosis múltiple--, circulaba por el carril derecho cuando, por causas aún desconocidas, se aceleró y realizó una brusca maniobra para acabar estrellándose contra la fachada de un edificio. Antes del impacto golpeó a una Renault Express estacionada a 21 metros del lugar del atropello, se subió a la acera, derribó el poste de la marquesina y arrolló a los peatones.

"La mujer dice que, antes de chocar con la furgoneta, el coche se le aceleró y los frenos no respondieron. Perdió el control, se puso nerviosa y el turismo se desplazó hacia el centro de la calzada. Al intentar rectificar, salió despedido hacia la marquesina. Los testigos corroboran esta versión", indicaron dichas fuentes.

Además, se baraja la hipótesis de que la conductora, que portaba tarjeta de minusvalía, viajara a más velocidad de la permitida, como afirmaron algunos de los presentes. Eso sí, la Policía Local descarta por ahora que circulase a más de 60 kilómetros por hora. "Será muy difícil de determinar porque no hay marcas en la vía. Ni los frenos ni el acelerador se bloquearon y la mujer dio negativo en la prueba de alcoholemia", agregaron las personas consultadas.

En el momento del atropello varias personas esperaban a los autobuses 31 y 35. Junto a ellas estaban Mariana V., que llevaba en brazos a su pequeño Cristian. Sólo una de las presentes se libró del fuerte impacto. "Me he sentado en una esquina del banco y sólo he visto cómo el coche venía a gran velocidad y golpeaba a todos menos a mí. He tenido suerte, pero he sentido mucho miedo. Había varios heridos en el suelo y he cogido en mis brazos al bebé, que ha caído a mi lado. Ha sido terrible", explicó María Pardos.

Un cuarto de hora después del siniestro, una docena de agentes de la Policía Local y seis ambulancias se desplazaron al lugar para asistir a los heridos y a varias personas que sufrían cuadros de ansiedad. Los equipos médicos intentaron en vano reanimar al bebé durante 40 minutos. Fuentes de Bomberos apuntaron que el niño "estaba muy grave, inconsciente y sin respiración" cuando lo trasladaron al hospital Infantil.

Cuatro de las mujeres heridas recibieron asistencia en el Clínico. Tan sólo M. L. G., de 44 años, y M. C. R. J., de 49, permanecen ingresadas, la primera en la UCI con politraumatismos y la segunda en planta con fractura de pelvis. El resto, M. P. A. -- de 20 años-- y la conductora, fueron dadas de alta tras sufrir heridas leves. Por su parte, en el Miguel Servet también fueron atendidas de pequeñas lesiones C. C. P., de 58 años; A. M. D., de 31; y la madre del bebé.

Este es el segundo caso similar que ocurre en los últimos años en Zaragoza. En 1999, un conductor ebrio atropelló a varias personas, dos de las cuales murieron, en una parada de autobús de la avenida Navarra. En octubre del 2003 fue condenado a cuatro años de cárcel.