La enseñanza ha cambiado para todos, pero en los centros privados se han adaptado modelos donde prima la innovación y las nuevas tecnologías. E incluso algunos, como el Molière o el Británico, han optado por una presencialidad total, también para los alumnos de Secundaria. En los concertados, por ejemplo, dentro de su autonomía han planteado varias opciones a partir de 3º de la ESO donde las plataformas on line o las clases grabadas han ganado terreno.

«Todos los alumnos vienen al centro y, en el caso de la ESO, las clases se ofrecen a través de una conferencia streaming. El aula se divide en dos y el docente está en una clase con un grupo, a distancia, y justamente en la de al lado está el resto siguiendo la clase en directo», explican desde el Molière. «De este modo permitimos que todos los estudiantes sigan la clase a la vez y al mismo ritmo», añaden.

En el caso de Infantil y Primaria, han establecido grupos burbuja, pero hay clases como Inglés o Español donde la docente debe acceder a diferentes aulas y, en estos casos, se da de manera presencial pero con la distancia determinada y protección. «Las aulas son más grandes y los estudiantes más mayores. La seguridad está garantizada, aunque también se está ajustando ahora y valorando la opción de realizar videoconferencias a los estudiantes», añadieron.

Clases intersesión

En este centro, además, han aplicado las clases intersesión, que se desarrollan entre las 14.00 y las 17.00 horas con el fin de favorecer la conciliación de los padres. «Son después de la comida y durante ese tiempo están con monitores haciendo deberes o actividades», cuentan. Respecto a las tareas, en el Molière disponen de una plataforma interna on line donde se cuelgan los deberes y las dudas, en conexión con la tutora.

En el caso del colegio Británico, también en Zaragoza, su enseñanza es «100% innovación», tal y como señala su director, Miguel Cendegui. «Todos los cursos son presenciales, pero nuestros alumnos tienen un Ipad en sus casas para poder seguir, si hiciera falta, el curso con total normalidad allí», cuenta. Solo en el caso de que un tercio de la clase esté contagiada optarán por la vía del streaming.

Aquí no manejan libros ni pizarras, sino que los recursos son televisiones, plasmas, tablets y una conexión innovadora. «Nosotros no tenemos grupos burbuja. Todos nuestros alumnos ya se han incorporado al centro, se les toma la temperatura 4 veces al día, Infantil está totalmente aislado del resto de estancias, mientras que para los mayores el comedor se ha dividido en cuatro turnos, con tan solo 20 minutos de exposición sin mascarilla, para que no se mezclen ni haya riesgo», cuenta Cendegui. En este caso, el alumno llega «y el plato ya está en la mesa», para aligerar.

El recreo lo han dividido en cinco espacios, han puesto en marcha un sistema de hiperventilación y por las noches aplican ozono a las instalaciones. «Tampoco permitimos volver en el día a un alumno que debe salir por una cuestión médica o personal. Aunque sea una causa justificada, nuestro protocolo se ha diseñado para que no regresa y así evitar cualquier tipo de exposición», añade.

En Salesianos, centro concertado, han optado por el modelo semipresencial a partir de 3º de ESO, Bachillerato y Formación Profesional. «Unos 30 alumnos en clase no es viable y hay que cambiar el método de trabajo», cuenta su directora, Merche López, que ve «positiva» la reducción. «No es lo mismo 15 alumnos que 30. Eso te permite ir a un ritmo más ligero, con una resolución de dudas quizás más rápida», dice.

Mientras unos están en clase, el resto se encuentra en sus casas realizando tareas. «Los profesores también graban sus clases y las suben para que el alumno que está en casa la pueda ver si tiene alguna duda. Todos los estudiantes van a la par y no se está dando la mitad de contenidos, sino que se avanza igual que el curso pasado», explica López.