Un año más Caspe se convertirá en una ciudad medieval. Sus calles volverán al siglo XV para conmemorar el acuerdo de entronización del rey Fernando de Trastámara como monarca de la Corona de Aragón. Los caspolinos recrearán el Compromiso con un programa de actividades con más de 60 actos en los que los vecinos han sido una parte fundamental para su desarrollo. La fiesta comenzará el viernes con el pregón, a manos del capitán de la Guardia Civil, Agustín Díaz, y finalizará el domingo con las farsas.

La novedad de este año, además de la creciente implicación de los barrios de la localidad, será la representación y la partida del ajedrez viviente en el barrio de La Fireta.

La alcaldesa, Pilar Herrero, explicó que cada distrito organiza sus actividades y monta su propia taberna. El dinero recaudado se invierte en el propio distrito. Las llamadas farsas se encargarán de amenizar durante el día la celebración.

LAS FARSAS La ronda de las farsas, pequeñas representaciones cómicas y en verso, "serán fieles a los barrios", explicó la directora artística y miembro del teatro Chimoche, Marian Pueyo. Así, sus actuaciones representarán la esencia medieval de cada distrito. En el de La Muela revivirán su tradición judía, en la calle Baja, la picaresca de la época y en La Fireta, la cultura agrícola.

Para las recreaciones se ha realizado un proceso de documentación de la Corona de Aragón, explicó Pueyo, con el objetivo de ser lo más fieles posibles en la vestimenta, la cultura y las costumbres del siglo XV. La recreación estrella se producirá el sábado con la representación teatral en la plaza del Compromiso del momento que le da nombre, la firma del tratado de Caspe. "Con el acto se podra conocer qué pasó en la Corona de Aragón que, durante tres años no tuvo rey y cuando estaba tomada por capitanes de tres compromisarios", explicó Pueyo.

REPERCUSIONES Esta celebración tiene repercusiones directas en el turismo y se convierte en un incentivo para el sector servicios. Herrera aseguró que los hoteles están prácticamente completos. La fiesta se convierte en el agosto de los comercios locales que esperan con ansias la llegada de turistas durante este fin de semana. La ciudad de Caspe reúne cada año a alrededor de 7.000 personas que acuden a disfrutarla y conocer la historia.