La recuperación económica se traslada a los hogares zaragozanos, que en los últimos seis años han incrementado, a base de reformas interiores en domicilios y empresas, el número de permisos que se conceden para las llamadas obras menores en la capital aragonesa. El año pasado culminó con un nuevo récord en el ayuntamiento al concluirse con un total de 14.099 autorizaciones a permisos y declaraciones responsables presentadas para su ejecución. La situación cambió hace siete años cuando este tipo de trabajos empezaban a notificarse con regularidad al consistorio, ya que antes no era una práctica muy extendida, pero desde entonces no ha dejado de crecer. Hasta el punto de que hoy ya duplica las cifras que se manejaban hace solo una década, cuando se producían apenas 6.565. Ocho años antes, en el 2002 eran solo 3.953, ni una tercer parte de las que se comunican ahora.

Ha cambiado la tendencia y también la actividad después de los peores años de la crisis, ya que desde el 2015 el incremento ha sido considerable y progresivo, pasando de los 9.854 permisos concedidos en el 2014 a los 11.315 del año siguiente, los 12.747 del 2016, los 13.574 del 2017 y los 14.099 del año pasado. En solo cuatro ejercicios, han crecido más de un 40% y son más de 4.000 de incremento. Y son estas las que más relacionadas están con el repunte de las economías domésticas.

Los zaragozanos se animan más a hacer reformas en sus domicilios y quizá de más envergadura. En los años más críticos de la crisis económica, nunca se superaron las 8.500 licencias, y la barrera de los 8.405 actuaciones era un máximo, en el 2013, que nunca se alcanzó en los seis años anteriores. En el 2009, las obras menores apenas contabilizaban 6.565, en el 2010 ascendieron a 7.818 y este fue un máximo que inició su descenso en el 2011, hasta las 7.687 intervenciones con licencia y siguió bajando en el 2012 hasta las 7.480.

Así que el cambio de tendencia, al margen de la estadística, también se ha traducido en un incremento de la recaudación del principal impuesto que grava este tipo de obras a nivel municipal, el de Construciones, Instalaciones y Obras (ICIO), que solo en el último año ha aumentado el dinero para las arcas municipales de Zaragoza en 2,4 millones, más de un 20% de incremento hasta alcanzar un récord recaudatorio de 13,7 millones para la ciudad. Una evolución positiva que supone, en solo cuatro años, duplicar los ingresos que este tributo reportaba al consistorio, con 6,2 millones. En ese periodo de tiempo es el que se ha pasado de las 9.854 obras menores del 2014 a las 14.099 actuales.

Otro tipo de intervenciones que grava este impuesto son las obras que reforman fachadas o edificios enteros que requieren la colocación de vallas o andamios exteriores. Son obras de mayor envergadura, de mayor coste, que es sobre lo que se calcula el importe de cada recibo, y la cifra global de actuaciones también es menor, aunque sostenida en los últimos tres años. La tendencia, en este caso, es descendente ligeramente desde el 2016, cuando se contabilizaron 1.014 obras, hasta las 968 contabilizadas en el 2018. En el 2017, ya había bajado a 990. El descenso en tres ejercicios ha sido del 4,6%.

Pero tomando como referencia ese 2014 donde se dio el salto en las obras menores, las cifras hoy también son mayores. En ese ejercicio, se solicitaron licencias para 739 intervenciones con vallas o andamios, un 23,7% de incremento en cuatro años que también han contribuido a la recaudación anual del ayuntamiento.

RETORNO A CIFRAS DEL 2008

No obstante, en este caso sí que es más palpable el efecto de la crisis en la estadística de los últimos años. Y es que las cifras de hoy, esas 968 obras, supone regresar a los ejercicios anteriores a la depresión económica iniciada en el 2008. El año anterior, el 2007, se contabilizaban 1.013 actuaciones de este tipo, 885 en el 2006, 939 en el 2005 y 1.052, record actual, en el 2004. Once años después Zaragoza vuelve a moverse en esa horquilla de forma regular.

Sobre la recaudación, al menos las estimaciones actuales se ajustan a la realidad del momento. Los once millones de euros del 2018 se han visto superados con creces, hasta reportar 2,7 millones más de los previstos a las arcas municipales. Una cuantía que ya se incrementó desde los 10 millones que se presupuestaron en el 2017 y el 2016, y que en el 2015 había sido de 9,76 millones. Pero este cálculo había puesto fin a unas estimaciones que en Zaragoza llegaron a ser de 23 millones de euros en plena crisis económica, en el 2010. Y que, como no se cumplió, al año siguiente se bajó a 18 millones y el 2012 bajó a 11. Por sufrir agujero tras agujero en los ingresos para elevar unas previsiones que, a la hora de confeccionar el presupuesto, también permitía incluir más gastos para Zaragoza. Aunque al menos ahora se cumple.