El jefe de Pediatría del Hospital de Torrejón de Ardoz (Madrid), Fernando Sánchez, considera que aunque las cifras de la meningitis no son como para que Salud Pública recomiende la vacunación universal, el aumento de la incidencia de los serotipos W e Y está llevando a los profesionales a aconsejarla a los adolescentes.

Así lo ha explicado en una entrevista con Efe Fernando Salas, con motivo de su participación en el 66 Congreso de la Asociación Española de Pediatria (AEP) que se celebra hasta hoy en Zaragoza.

Lo hizo para hablar de la vacunación del niño mayor, una franja de edad en la que, advierte, es "importantísimo" para luchar contra los distintos tipos de meningococo porque es a estas edades cuando son vulnerables a padecer una infección por meningococo, tanto del serogrupo B, que es "el más frecuente", como de otros que están aumentando como los W e Y.

Esa enfermedad tiene además consecuencias equiparables a las de los niños más pequeños, motivo por el que los pediatras consideran que es una población que tiene que estar vacunada frente a los distintos tipos de meningococo.

Por el momento no se saben muy bien los motivos por los que se produce, si bien, ha advertido de que la globalización es uno de los fenómenos que están contribuyendo a su expansión porque estos tipos eran muy abundantes en determinadas zonas de África.

Sánchez cita como una de las causas las aglomeraciones que se producen en la Meca pero también los intercambios internacionales de estudiantes y destaca la incidencia de esta enfermedad en Reino Unido, lo que hace recomendable que los niños que van a pasar allí un curso escolar se vacunen, como ya advirtió la presidenta de la AEP, María José Mellado, en la presentación del Congreso.

"Los adolescentes comparten cosas, tienen relaciones, conviven en dormitorios" y ello, dice el jefe de Pediatría del Hospital de Torrejón, aumenta la tasa de portación de la meningitis desde individuos sanos que tienen el meningo en su garganta y lo transmiten no solo entre ellos sino a niños pequeños y adultos.

"El meningoco es universal y se va moviendo de un sitio a otro y si aumenta en el mundo aumentará también en España", subraya Sánchez.

Aunque es una enfermedad que no tiene una prevalencia "muy alta, ni muy frecuente" los resultados "son tan dramáticos que obligan a que luchemos contra este meningococo y la mejor forma es la vacunación", insiste este experto.

Y es que en un 10 % de los casos produce la muerte y en un 20 % tiene consecuencias "muy graves" y deja secuelas neurológicas, físicas como amputaciones de miembros o pérdida de audición y una "importante carga emocional". "Es un niño o adolescente sano que 12 horas después o ha fallecido o ha sufrido unas secuelas tremendas", incide.

Según este pediatra, todas las meningitis "son graves". El problema, explica, es que en los adolescentes la aparición es más tardía y cuando empiezan los síntomas "es posible que lleguemos tarde" porque es fácil confundir los síntomas de fiebre con una gripe y cuando se vuelve al médico "ya suele ser tarde".

En el caso del meningococo B hasta hace poco, recuerda, no existían vacunas y causaba muchas muertes pero ahora se dispone de dos vacunas, tanto la que protege contra el serotipo B, la más frecuente, y la que combina los C, A, W e Y, las dos últimas las que más está aumentando la incidencia "en lo que va de año".

Por ello, aunque entiende que el precio de la vacuna puede implicar un rechazo por parte de las familias la labor de los pediatras es darles información porque "no puedes presuponer que no quieran dar los recursos que tenga al cuidado de sus hijos".

En este sentido señala que hay familias que esperan a que el niño crezca porque se necesitan menos dosis, otras que lo piden como regalo a los parientes y otras que "se lo quitan de otras cosas".

No obstante, admite que "como pediatra mi ilusión sería que todas las vacunas entraran en el calendario vacunal y se administraran de forma gratuita".

Y es que, subraya, las vacunas son "las armas más eficaces" para combatir las enfermedades y asegura que cuando aparezca contra el virus respiratorio que causa la bronquiolitis "cambiará la pediatría" y la evolución de la salud del bebé.

Esta vacuna es, a juicio del doctor Sánchez, uno de los principales retos, porque una vez un niño ha sufrido la bronquiolitis es más propenso a tener otitis, a que sufra una hiperreactividad de los bronquios como si fuera un asma y otras consecuencias como la pérdida de horas de colegio.

En este sentido, ha recordado que cuando empezó su residencia MIR todavía no existía la vacuna frente al meningococo C ni frente al hemofilus tipo B, una bacteria, explica, que producía "meningitis muy graves" y que tras la aparición de la inmunización ha hecho que "muchas generaciones de pediatras" no hayan visto ningún niño con esta enfermedad.

"Es lo que queremos que pase con el virus respiratorio y todas las meningitis", resume.