-¿En el 2017 se han cumplido sus expectativas iniciales?

-Son resultados muy positivos. En carga batimos un récord histórico repitiendo el porcentaje de crecimiento del año pasado. Cada vez es más complicado con las elevadas cifras que manejamos. En pasajeros crecemos menos de lo esperado por la retirada de alguna frecuencia internacional, pero lo importante es que se rompe la tendencia negativa de años anteriores y confiamos se mantenga de ahora en adelante. Y el año que viene decir lo mismo con un porcentaje mayor. Es moderadamente satisfactorio. Las compañías españolas Volotea y Vueling han incrementado frecuencias y las agencias siguen confiando en Zaragoza.

-Durante los últimos meses se han mejorado en carga las cifras de El Prat de forma continuada. ¿Zaragoza puede ser como el segundo aeropuerto en España?

-La situación en el ránking nacional es meramente estadística. No debe preocuparnos ni ser un objetivo. Si se diera en el futuro, sería consecuencia del trabajo bien hecho por parte de todos los agentes implicados. Algo debe de tener Aragón, y Zaragoza en concreto, para que cada año más clientes sigan confiando en nosotros para importar y exportar.

-¿Qué factores han influido? ¿Han sido las inversiones?

-Las inversiones, tanto en capacidad como en mantenimiento, son cruciales si se quieren soportar estos ratios de crecimiento, y aun así resulta tremendamente complicado hacerlo al ritmo que se nos exige. Pero son muchos los factores, este es uno más. Ha de ir acompañado por el de todas las empresas asociadas a la carga.

-¿Qué hace que Zaragoza sea un aeropuerto atractivo?

-Si bien no descuidamos el tráfico de pasajeros, lo cierto es que estamos muy orientados a la carga, que tiene un tratamiento totalmente diferente a un pasajero, tanto en infraestructuras necesarias como en flujos. Esto se traduce en una altísima implicación de todos los actores implicados, que hacen de Zaragoza un centro logístico de nivel mundial. La cultura logística en Aragón es enorme y de una excelencia incomparable. Y esto las empresas lo notan. El aeropuerto es un eslabón más y tratamos de estar a la altura, prestando un servicio ágil y flexible, y con unas tarifas inferiores a las de otros aeropuertos de mayor tamaño. Además, podemos presumir de una posición geográfica envidiable. Estamos a tres horas de carretera de las principales poblaciones españolas, abarcando en este radio más del 60% del PIB y dos tercios de todo el comercio electrónico.

-¿Está al borde de su capacidad ahora mismo?

Detectamos alguna carencia de capacidad por cuestiones de estacionamiento en plataforma, de ahí que ya tengamos en marcha su ampliación, pero solo en días puntuales y si coinciden varias operaciones simultáneas de carga y pasajeros. Las pistas están muy lejos de su capacidad máxima, los agentes de plataforma se dimensionan acorde al crecimiento y las terminales de carga también, por lo que todavía hay mucho margen de crecimiento, en carga y en pasajeros.

-Este año se incorporan dos nuevas rutas, Venecia y Múnich, en junio. ¿cree que puede ser el año del despegue para Zaragoza?

-Estas rutas aportarán 17.000 asientos extra y Vueling este año añade Ibiza a sus destinos habituales. Y se siguen manteniendo contactos con aerolíneas que ya operan, para abrir nuevas rutas, y con otras nuevas, pensando en destinos con potencial. Es un trabajo que da resultados a medio y largo plazo.

-¿Está en condiciones de incluso aspirar a ser base de operaciones como hizo hace años?

-Para que una compañía decida establecer base no solo ha de ser atractivo el aeropuerto. Hemos de ofrecer un producto atractivo global para garantizar para que las rutas sean exitosas y sostenibles. Aragón tiene muchísimo que ofrecer, pero hemos de ponerlo en valor y comunicarlo.