El chocolate se huele, se saborea y se regala. En Aragón, como en otras comunidades, existe la tradición de que los padrinos regalen monas a sus ahijados. Sin embargo, esta tendencia está cambiando, ya que cada vez son más los que admiran y consumen las auténticas obras de este dulce en Semana Santa.

Muestra de ello es que muchos establecimientos del sector lucen sus escaparates con sus mejores esculturas de chocolate. Los maestros pasteleros de Chocolates Capricho, situados en el casco histórico de la capital aragonesa, llevan más de 22 años trabajando con este alimento. «Cada año innovamos en técnicas y en formas de trabajar para que la Pascua sea diferente», manifestó el chocolatero, Luis Paracuellos, quien lleva 16 años dedicándose a esta dulce tradición.

Actualmente, hay diferentes tipos de monas de Pascua. Lo más típico es un huevo que se llena de chocolate atemperado. Aunque también los hay un poco más complejos que se elaboran a base de patronaje. Esta técnica consiste en hacer planchas de chocolate y con la ayuda de plantillas, que se colocan en la base, se cortan las partes deseadas. De esta manera, se obtienen todos los trozos que, posteriormente, se unen con más chocolate. Además, dependiendo de la figura que se quiera obtener, también se pueden llevar a cabo con la ayuda de moldes.

Entre los favoritos se encuentran los gusanos, los pollitos, las casas con figuritas, así como las temáticas de Star Wars, Disney o Marvel. «Lo que más le gusta a la gente son los animales, sobre todo la mariquita, el pollo y el pato», contó Paracuellos.

El maestro pastelero aseguró que en estos días hará uso de más de 500 kilos de chocolate. «Mi pascua es negra, es decir, el 60% es de chocolate negro porque es el de calidad, aunque también tenemos para todos los gustos», enunció Paracuellos que llevó a cabo una casa de 10 kilos de este dulce y casi un metro de altura.

Para los más tradicionales, la mona aragonesa llamada culeca también deja un buen sabor de boca para los más lamineros. Se trata de un bollo con un huevo duro puesto sobre la base. «Nosotros hemos evolucionado esa idea y hemos hecho un pan dulce con un huevo de chocolate. Es lo mismo, pero más interesante y divertido», manifestó el repostero.

Más de 800 huevos, 300 casas y 150 animales, entre otros, serán disfrutados en familia por los aragoneses en estas fechas señaladas. Una delicia a un precio al alcance de todos, ya que la franja varía desde los dos euros por una mona pequeña hasta más de 120 euros. «El precio varía dependiendo del valor del chocolate, ya que se calcula por el peso», aseguró la propietaria de Caprichos, Ana Usón.

La Asociación de Empresarios de Pastelería de Zaragoza y Provincia estima emplear más de 15.000 kilos de chocolate solidificado. Además, se calcula que se llevarán a cabo cerca de 20.000 piezas. Por su parte, el presidente de la agrupación, Ramón Sorroche, manifestó su satisfacción por la labor que realizan todos los pasteleros. «Me siento muy orgulloso de los profesionales de la provincia de Zaragoza», señaló.

Hoy, las monas de Pascua endulzarán las mesas de los aragoneses en sus dos versiones.