El autobús de la línea 29 deja mañana de girar a la izquierda en medio de la autovía de Huesca para acceder a la avenida Academia General Militar. El concejal de Movilidad Urbana del Ayuntamiento de Zaragoza, Jesús Sarría, anunció ayer que a partir de ahora los autocares de esta línea volverán al centro de la ciudad por el camino de los Molinos y la calle Bernardo Ramazzini (recién acondicionada para ello), en vez de utilizar la autovía y su peligroso cruce.

Con esta medida, que ha precisado una inversión de 19.000 euros, el consistorio pretende además de intentar reducir el número de accidentes en este punto negro de la carretera, salvar los desajustes de las frecuencias en la línea 29. "Hasta ahora, al tratarse de una vía con una gran densidad de circulación, el tiempo de espera para efectuar el giro podía superar en hora punta los diez minutos", explicó Sarría.

Los principales afectados por esta actuación son los usuarios de la Academia General Militar. A partir de ahora, para desplazarse hasta Zaragoza tendrán que utilizar el servicio de la línea del Zorongo o de San Juan de Mozarrifar, o bien cruzar por la pasarela elevada hasta el otro arcén de la autovía donde se ha instalado una nueva parada.

Los vecinos de Picarral y Parque Goya aplaudieron ayer esta medida del consistorio aunque aprovecharon la ocasión para recordarle a Sarría su rechazo a la prolongación del 35 hasta Parque Goya. "Las frecuencias no se cumplen y los buses vienen tan cargados desde del centro que en San Juan de la Peña ya no cogen pasajeros. Alargar el recorrido no es la solución y el ejemplo lo tenemos en Miralbueno, desde que se amplió el servicio la línea funciona mucho peor", aseguró José Antonio Martínez, presidente de la Asociación de Vecinos Picarral Salvador Allende.