El Gobierno PP-Cs tiene claro que hay que apostar por el autobús urbano, y eso es lo que va a hacer. Después del coche, sigue siendo la primera opción de los zaragozanos para desplazarse por la ciudad. El 2018 lo cerró con 91 millones de usuarios, mientras que el tranvía se quedó en 27,8.

Entre el 2014 y el 2018, el número de pasajeros ha crecido un 3,05%. Sin hacer grandes inversiones en infraestructuras, en general, en estos cuatro años el uso del transporte público creció entre tres y cuatro veces más que el del automóvil, gracias, en gran medida, a las políticas de fomento del transporte.

El 2015 fue el peor año para el bus, cuando se inició en diciembre la huelga más larga de la historia del autobús, que duró cuatro meses y medio y provocó un enfado generalizado de los zaragozanos y la pérdida de usuarios alcanzo el 8%. Tras los paros, los ciudadanos mantuvieron durante meses el recelo hasta que, finalmente, las cifras de usuarios se estabilizaron.