El informe de la autopsia del cadáver de Victor da Silva apunta a que el joven murió por la combinación del alcohol, el cansancio y el frío que hacía en Nochevieja, cuando se le vio por última vez. El documento, que la familia del joven conoció ayer, según informó su abogado, Carlos Vela, no da una seguridad total de la causa de la muerte, ya que a consecuencia de los cuatro meses transcurridos hasta que lo encontraron, las vísceras habían desaparecido. Pero sí apunta como hipótesis más probable la citada combinación, y descarta la muerte violenta, que sí hubiese dejado huella en las ropas o en el esqueleto del joven.

Según la reconstrucción de las últimas horas de Da Silva que permite el informe forense, el joven habría caminado hacia su casa tras salir de la celebración del cotillón en Ranillas, y habría llegado hasta las inmediaciones de su vivienda, en Valdefierro. Allí, en la plaza Mozart, el repetidor de telefonía captó la señal de su teléfono móvil. Después, probablemente desorientado a causa de la intoxicación etílica, caminó por la carretera de Cogullada hasta que, agotado, se sentó sobre la arqueta donde acabaría por fallecer. Se quitó los zapatos --aparecieron cerca del cuerpo, colocados-- y se quedó dormido.

Los forenses concluyen que la combinación de los efectos sedantes del alcohol, el propio cansancio --sería más tarde de mediodía-- y el frío causaron un shock cardiogénico (un fallo multiorgánico con origen en el corazón) que acabó por causarle la muerte. No había signos de lucha en las ropas, que salvo por el paso del tiempo estaban intactas, ni marcas de golpes o punzamientos en los huesos. También tenía todos sus efectos personales, incluídos el teléfono móvil y el dinero, con él.

Lo que sigue sorprendiendo es que, en cuatro meses, ni los trabajadores que pasan por la zona a diario ni las prostitutas que ejercen la profesión a escasos metros le vieran o percibieran el fuerte olor propio de la descomposición de un cadáver. Las batidas que se organizaron para buscar el cuerpo también peinaron el lugar, aunque la hierba era abundante y explicaría que lo pasaran por alto.

VELATORIO La madre del joven, Renilda, acompañada por su abogado, acudió ayer al juzgado para reclamar los restos, ahora que la investigación está totalmente cerrada. En un principio especularon con pedir un segundo informe, aunque en principio esta opción está descartada. Previsiblemente, según indicó su letrado, los restos les serán entregados mañana.

Renilda da Silva tiene intención de celebrar el velatorio el sábado, antes del entierro, el domingo, aunque la fecha podría variar. A buen seguro acudirán un buen número de familiares y amigos del joven de 19 años, que demostraron en las búsquedas ciudadanas que organizaron que se trataba de un joven muy querido por todos los que le conocieron.