Los agentes de la Guardia Civil han sido como los ángeles de la guardia de un hombre de 76 años con problemas de movilidad que estuvo 48 horas tendido en el suelo de su vivienda de Fraga tras sufrir una caída, totalmente solo.

La milagrosa intervención de un vecino que avisó de que hacía unos días que no veía a la víctima puso en marcha el dispositivo que acudió en rescate del inquilino que vivía en soledad. Según informó el instituto armado, la voz de alarma la dio el residente la pasada semana. Extrañado de la desaparición del hombre mayor, llamó al servicio de emergencias del 112, que, a su vez, se puso en contacto de inmediato con la Guardia Civil para que acudiera lo antes posible a la vivienda de la persona mayor, pues al no tener noticias suyas era de temer que le hubiera ocurrido algo grave. Al llegar a la puerta del edificio, los agentes oyeron una voz débil y entrecortada en el interior.

Era el ocupante que vivía solo que pedía auxilio, desesperado por su complicada situación. Por este motivo, ante la necesidad de actuar urgentemente y la imposibilidad de encontrar a familiares de la víctima, los agentes forzaron la puerta de la vivienda.

Una vez dentro, los guardias localizaron al hombre tendido en suelo. Estaba inmóvil y apenas podía respirar. Se hallaba muy desorientado y presentaba hipotermia por las largas horas que había estado sin poder moverse.

Inmediatamente, ante la grave situación en que se hallaba el residente debido a su edad y la prolongada falta de atenciones, sin poder alimentarse ni hacer las más elementales necesidades, los guardias civiles llamaron a una ambulancia.

El vehículo de emergencias, que trasladó asimismo a un médico, llegó pocos minutos después, tiempo más que suficiente para que el hombre contara emocionado a los agentes de la Benemérita lo que le había pasado y les agradeciera su providencial intervención, cuando ya había abandonado toda esperanza de recibir asistencia.