El Eco Museo del Castillo de Aínsa acoge en su interior el parque zoológico más pequeño de Aragón y uno de los más singulares de España. No es nada frecuente encontrar un espacio de estas características en la torre de un castillo datado en el siglo XI. La fortaleza se emplaza en el casco antiguo de la villa de Aínsa, declarado Monumento Histórico Artístico.

Este parque zoológico, de unos 250 metros cuadrados de superficie, se caracteriza porque contiene en su interior un albergue de la fauna pirenaica especializado en aves rapaces incapacitadas para vivir en libertad, que se exhiben al público con fines estrictamente educativos.

La visita se realiza a través de un túnel de observación con cristales espejados que posibilita observar a las rapaces irrecuperables sin ocasionarles ningún tipo de molestia. Un informador dirige la visita, en la que aborda la biología, la problemática y los esfuerzos de conservación de estas especies.

En estos momentos, viven seis ejemplares de rapaces en este albergue y desde el pasado mes de agosto cuenta con un residente muy especial, Huesos, un quebrantahuesos de 2 años, el primero que ha llegado al albergue en sus 20 años de funcionamiento.

A pesar de gozar de un excelente estado de salud, Huesos no está capacitado para vivir en libertad, debido al largo tratamiento al que fue sometido por causa de una malaria aviar.