Un avión que se dirigía a Zaragoza con 47 toneladas de pescado fresco se estrelló ayer en Halifax (Canadá), lo que provocó la muerte de sus siete tripulantes, de nacionalidad británica, sudafricana y zimbabua. Las autoridades canadienses todavía no han determinado las causas del accidente y no descartan la posibilidad de un atentado.

Algunas fuentes señalaron que la aeronave --un Boeing 747 de carga de la compañía británica MK Airlines-- no pudo despegar, continuó su carrera más allá de la pista y chocó contra un bosque situado al borde del aeropuerto. El accidente se produjo poco antes de las cuatro de la madrugada, las nueve de la mañana en España.

El Boeing siniestrado es el que cuatro veces a la semana transporta pescado fresco a Zaragoza para la empresa Caladero (dos desde Halifax, con salida en Nueva York, y otras dos desde Sudáfrica). Este vuelo de jueves y domingos, una vez en Zaragoza, amplía su ruta hasta Luxemburgo, donde lleva material textil de Inditex.

Fuentes de esta empresa instalada en Pedrola emitieron un escueto comunicado en el que indicaron que desconocían las causas del accidente. Tampoco precisaron el valor económico del pescado perdido.

Imágenes mostradas por la televisión pública canadiense, la CBC, mostraron el reactor --que estaba cargado con unos 200.000 litros de combustible-- totalmente destruido y con los restos esparcidos en un gran área, según informó Efe . Testigos presenciales aseguraron que antes del impacto pudieron observar explosiones. La aparición de la cola del avión al final de la pista de aterrizaje, a cientos de metros del resto de la aeronave, podría indicar que hubo problemas con esta pieza.

La policía canadiense afirmó que no se descartaba la posibilidad de un atentado terrorista. Joe Taplin, agente de la Policía Montada, declaró en una rueda de prensa que "por el momento" no se puede rechazar esta hipótesis.

Taplin añadió que las primeras noticias del accidente se recibieron a las 3.52 horas (8.52 en España) y que la policía estaba investigando informaciones iniciales que hablaban de una explosión. Bill Fowler, del Consejo de Seguridad en el Transporte (TSB), señaló que no tenía "ninguna información formal que sugiera que ha habido explosiones" pero advirtió: "Hemos podido realizar una observación desde el aire de la ruta del avión que muestra una extensión desde la pista central con indicaciones de la nave dejando huellas hasta el punto de impacto".

Steve Bone, del organismo público Transporte Canadá, indicó que la compañía "estaba certificada de forma apropiada" para volar desde el aeropuerto de Halifax.