El Ayuntamiento de Calatayud ha fijado el 20 de julio como fecha tope para que la casa azul esté demolida. Los responsables municipales temen que las distintas polémicas que se han suscitado en los últimos días en torno al derribo retrase demasiado la ejecución de las obras. El consistorio ha notificado la fecha a la asociación de propietarios, que hace varios días contrataron con la empresa guipuzcoana Usabiaga la demolición de este inmueble.

El ingeniero que ha redactado el proyecto de derribo, Ignacio Bueno, calcula que las obras se prolongarán entre tres y cuatro meses, con un coste que rondará los 800.000 euros. La semana pasada se firmó el acta de replanteo, aunque los trabajos aún no han comenzado porque todavía se tiene que instalar el vallado de seguridad para acometer el derribo, tarea que se realizará en los próximos días.

Desde hace un par de meses, el ayuntamiento ha instado a los afectados a agilizar el derribo del edificio, que fue declarado en estado de ruina por el consistorio, a petición de los propietarios. Sin embargo, hasta ahora no se había marcado plazo por parte del ayuntamiento para realizar estas obras, algo que sí hace ahora argumentando que la demolición debe estar totalmente terminada antes que comiencen las fiestas de San Roque, que tienen lugar a mediados de agosto.

Las mismas fuentes han indicado que el ayuntamiento, en Junta Local de Gobierno, tomó un acuerdo en el que fija como fecha tope el 20 de julio para que esté terminado el derribo, porque en la explanada a la que da el edificio debe ser utilizada para instalar los locales de dos de las peñas de estas fiestas.

NUEVA AVERIA Por otra parte, una nueva rotura en una tubería de abastecimiento de agua causó ayer problemas a una parte de los bilbilitanos durante unas horas. En este caso, la avería se produjo en la conocida como carretera de Daroca, que dejó varias horas sin agua potable al barrio de San Antonio.