La concejala de Medio Ambiente, Teresa Artigas, y el concejal de Deporte, Pablo Híjar, participaron en la mañana de ayer en una visita por el cauce del río Ebro para detectar los puntos en los que se acumulan restos de obras e infraestructuras como hierros o ladrillos, actividad que fue posible gracias a la colaboración de los Bomberos de Zaragoza. Artigas destacó la importancia de identificar estos restos para extraerlos y «recuperar el estado ecológico del río».

Se llevó a cabo debido a la demanda de piragüistas y remeros, ya que, en palabras de Artigas, «estos restos pueden perjudicarles físicamente». Así lo ratificó José Luis Briz, integrante de la sección de remo, y añadió que, además de los daños que pueden causar, producen «un cambio drástico en la dinámica sedimentaria del río», algo que puede verse agravado por las últimas crecidas.

Según Briz, en el recorrido se advirtieron «una serie de acumulaciones sedimentarias naturales propiciadas por estos restos de obra, que se han movilizado a causa de las últimas riadas, facilitando la sedimentación en zonas donde antes no la había tanto». Además, se observó que los cascotes situados en la margen derecha, tradicionalmente utilizada como escombrera, han pasado al río y han hecho que, junto a la presencia de escolleras en algunos puntos -por ejemplo, bajo el Pabellón Puente-, determinadas zonas que «antes eran navegables, ahora no lo sean». Los meses de verano son los más propicios para realizar estos reconocimientos, ya que el caudal es bajo y facilita la detección de los restos. A partir de ahí, comentó Artigas, se decidirá «qué tipo de intervención es necesario».