El Ayuntamiento de Zaragoza ha reducido el coste de la factura energética un 9,23% en los dos últimos años. El Programa Energético 2015-2020 ha permitido un ahorro a las arcas municipales de 2,2 millones, de los que 1,4 corresponden al ejercicio del 2015. Y lo que es más importante, el número de toneladas de emisiones de dióxido de carbono (CO2) también disminuyó considerablemente entre el 2015 y el 2016, en un 5,67% que suponen 2.092 toneladas, de las que 1.179 corresponden a este último.

La concejala de Medio Ambiente, Teresa Artigas, recordó ayer que uno de los objetivos del siglo XXI es «la lucha» contra el cambio climático, «uno de los principales problemas ambientales a los que nos enfrentamos». En aras de minimizar la emisión de CO2, el ayuntamiento puso en marcha el Programa de Ahorro Energético hace dos años.

Durante el ejercicio pasado invirtió 190.000 euros en mejoras y actualización de sistemas energéticos como el cambio de luminarias o de sistemas de climatización. Por ejemplo, se actualizaron los equipos de temperatura del centro cívico Salvador Allende, el de servicios sociales de San Pablo o el albergue municipal. También su sustituyeron las luminarias por otras más eficientes del colegio Tomares Alcira, el Parque de Bomberos número 1, el cuartel de la Policía Local de La Paz o los edificios municipales de la plaza del Pilar y el Seminario.

CAMBIOS

Además, se modificó el tipo de combustible utilizado para calefacción en varios equipamientos y centros escolares, pasando del gasoil a gas natural o biomasa. También se segmentaron los circuitos de calefacción con tramos diferenciados.

Para este ejercicio, el ayuntamiento dispone de una partida de 800.000 euros para continuar con su plan de optimización de consumos en equipamientos, adecuación del alumbrado público o la sustitución de combustibles. Entre otros, está previsto cambiar las luces en los colegios La Estrella, Cándido Domingo o Antonio Beltrán e instalar un novedoso sistema de gestión y control de la energía consumida en cada momento.

En paralelo, se va a iniciar una campaña de sensibilización medioambiental entre la plantilla de funcionarios. En este caso, Artigas admitió que su valoración será más subjetiva, además de intangible, ya que dependerá de que los trabajadores se impliquen en hábitos tan sencillos como, por ejemplo, el apagado de luces cuando se abandone la sala. Será más importante, admitió, que tomen conciencia aquellos responsables de instalaciones con grandes equipos de iluminación como pabellones deportivos.

Artigas destacó que con el nuevo contratro energético las arcas públicas se ahorran al año 3 millones. Además, el 100% de la energía contratada por el consistorio es renovable. Aunque la electricidad es la misma que circula en el resto de la red, la comercializadora tiene que emitir un certificado de compra.