El Ayuntamiento de Zaragoza, a través de la Unidad de Conservación del Medio Natural del Servicio de Parques, Jardines e Infraestructuras Verdes, va a acometer a partir de mediados de noviembre el acondicionamiento del tramo urbano del río Huerva de la entrada del Parque Grande al Puente Blasco del Cacho.

Concretamente, los trabajos se realizarán desde la esquina de entrada al Parque Grande José Antonio Labordeta (cruce con el Paseo Isabel la Católica) hasta el puente sobre el Huerva Blasco del Cacho, junto al Paseo Mariano Renovales, ha informado el Ayuntamiento en un comunicado.

Por tanto, se actuará fundamentalmente en la margen izquierda del Hueva a lo largo e la calle Manuel Lasala, lo que supone una longitud total de 300 metros de ribera.

Se trata, fundamentalmente, de la poda o, en su caso, tala de arbolado de porte medio o grande en malas condiciones fitosanitarias, cuyo estado puede llegar a provocar daños futuros o tiene riesgo de caída.

También de aquellos que provocan dificultades para el tráfico rodado y molestias o riesgo a los viandantes que pasean por estas zonas.

Asimismo, debido a su proximidad al río, los árboles en mal estado pueden provocar taponamientos en el cauce, por la caída cruzada de troncos o ramas.

La consejera municipal de Servicios Públicos y Movilidad, Natalia Chueca, ha explicado que esta intervención forma parte del compromiso del equipo de gobierno de recuperar el verde de la ciudad "como elemento importante para la propia salud de la ciudadanía", lo que incluye las riberas de los ríos.

Del mismo modo, ha anunciado que estos trabajos tendrán una continuidad, ya que se completarán con una intervención posterior del Instituto Municipal de Salud Pública para reforzar los trabajos de limpieza, desratización y control de plagas en todo el entorno.

Está previsto también actuar en otros tramos de ribera "abandonados y deteriorados" desde hace años, ha señalado Chueca.

En los tramos urbanos la degradación se produce especialmente por el peligro que conlleva el estado, la edad de los árboles y su rápido crecimiento, unido a problemas fitosanitarios por la exposición a agentes externos contaminantes que pueden provocar un acortamiento de la vida el arbolado y su decrepitud.

Otro de los problemas asociados a estos ambientes ribereños en las ciudades es la proliferación de especies invasoras, que tienen agua y nutrientes disponibles para asentarse y propagarse con rapidez.

Una de ellas son los ailantos, unos árboles que aunque resulten agradables a la vista suponen un deterioro de otras especies y un problema de difícil y costosa solución.

Por otro lado, a lo largo de los 300 metros donde se planifican los trabajos hay varios ejemplares de chopo secos, con lo que las actuaciones consistirán en el apeo controlado de los mismos, reducción mediante troceado de leñas y saca con grúa del río para posterior trasladado para su gestión.

Además, la ribera se encuentra a una considerable profundidad respecto al nivel de calle, lo que ha provocado un rápido crecimiento de los pinos que se plantaron en sus taludes en busca de la luz.

Actualmente hay varios ejemplares torcidos e inclinados que deben ser talados para minimizar el riesgo de caída y se eliminarán también olmos y chopos secos.

Se cortarán y erradicarán, asimismo, los ejemplares de ailantos y de enrededaras como la viña del Tíbet (Fallopia baldschuanica), que están creciendo lo suficiente como para ocupar parte de las aceras.

Los trabajos fueron adjudicados a la empresa Contratas Ancar S.L. por un precio final de 40.462 euros (IVA incluido) y tendrán un plazo de ejecución de dos meses.