El Gobierno PP-Cs en el Ayuntamiento de Zaragoza y el alcalde, Jorge Azcón, empiezan a mover ficha para atar cuanto antes la fórmula de financiación de la futura reforma de La Romareda. Aún no se conoce cuánto van a costar estas obras pero los primeros movimientos hechos desde Urbanismo sí comienzan a mostrar cómo costearlas. Y en este objetivo se centra la futura recalificación a usos residenciales de dos suelos municipales en los que se podrían levantar hasta 420 viviendas libres. Se han estudiado por parte del ayuntamiento y su valor en el mercado, sin duda, supera los más de 20 millones presupuestados para todo el 2020.

Dos terrenos están señalados en el mapa del responsable de Urbanismo, Víctor Serrano -de Ciudadanos (Cs)-, para empezar a dar forma a unas obras que se quieren impulsar definitivamente en esta legislatura. Una, ya tanteada en el pasado, como es utilizar una parte importante de las infrautilizadas instalaciones de la Policía Local en el cuartel de Domingo Miral, con salida a Violante de Hungría y, más concretamente, centrado en la superficie que actualmente se utiliza para el circuito de seguridad vial en el que los agentes imparten cursos a escolares. La otra, en los suelos que ocupa la pista de skate de Vía Hispanidad, 40. Junto a la torre de telecomunicaciones de Telefónica, coloquialmente conocida como pirulí, y a escasos metros del tercer cinturón.

TRAMITACIÓN OBLIGADA

Ambas parcelas comparten la condición de ser de titularidad municipal, pero el problema de no enajenarlas directamente es la calificación de sus usos en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Zaragoza. La del cuartel de Domingo Miral es para servicios y la otra, para equipamiento deportivo. Es decir, es obligatorio impulsar una recalificación para dotarle de usos residenciales. Para que se puedan vender en el futuro, quizá en el 2021 si todo va sin grandes complicaciones. Solo así se podría llegar a tiempo de tener todo a punto para que las obras de la reforma estén ya encarriladas antes de finalizar el mandato. Y terminadas porque Azcón tiene claro que este no puede convertirse en su Mercado Central, que impulse él y pueda inaugurar otro.

La duda ahora está en la decisión a adoptar porque el plazo es realmente breve. Desde Urbanismo, fuentes oficiales del área admitieron que se ha estudiado esta fórmula, pero que fue «en julio» y que «hay otras opciones». Pero otras fuentes consultadas por este diario apuntaron que está decidido y que se incluirá en una inminente modificación de PGOU. Probablemente en enero, aunque ya en verano se fijó el mes de diciembre como fecha para impulsar una propuesta global en Urbanismo y no ha llegado.

Lo llamativo es que Azcón nunca haya hablado de que se hubiera estudiado esa fórmula de pagar las obras con pisos libres y una recalificación de parcelas. Y no será por oportunidades para hacerlo.

Junto a estas dos parcelas estaría otra, ya conocida, que está contigua al estadio y pegada a la plaza Eduardo Ibarra. Esta mantendría su uso para terciario y supondría la desaparición del edificio El Cubo y las antiguas oficinas de Urbanismo pegadas al campo de fútbol. Y además se sumaría a toda la superficie comercial que se pretende para todos los laterales del campo de fútbol.

Su tramitación es mucho más sencilla porque no incluye pisos y, políticamente, genera menos complicaciones a la hora de sumar, por ejemplo, al PSOE a la causa. La parcela de Domingo Miral, tiene más complejidad porque, al parecer, obligará a hacer un retranqueo que se ha estudiado también.