Tras las elecciones y las investiduras, los recién nombrados regidores y regidoras de las honorables ciudades tienen que decidir qué hacer con su sueldo, si mantenerlo intacto o incluir algunos euros de más en sus nóminas. Rara vez sucede lo contrario. De las capitales de provincia, solo el oscense Luis Felipe ha decidido incrementarse la nómina un 43% hasta llegar a los 50.000 euros al año, mientas que Jorge Azcón (Zaragoza) mantiene los ingresos de su predecesor en 75.750 euros anuales, y la turolense Emma Buj seguirá ingresando en concepto de dietas e indemnizaciones ya que ejerce el cargo sin dedicación exclusiva. Entre los mejor pagados en Aragón, al margen de las capitales de provincia, se encuentran los de Cuarte, Sallent, Fraga, Utebo o Épila. Con estas nóminas, ningún regidor aragonés encabeza la lista de los cinco mejor pagados, copada por cinco hombres, los alcaldes de Madrid, Bilbao, Vitoria, Valencia, Sevilla y San Sebastian cuyos salarios oscilan entre los 106.000 euros brutos a los 83.800.

El presidente de Aragón, Javier Lambán, seguirá ingresando 82.602 euros brutos al año mientras que el de las Cortes, Javier Sada, con 14 pagas, ingresará un sueldo base de 3.000 euros al mes al que tendrá que sumar 1.870 euros como complemento de actividad y otros casi 1.000 como complemento del cargo.

DIPUTACIONES

La nómina del también socialista Manuel Rando, al frente de la Diputación Provincial de Teruel (DPT), también va a experimentar un crecimiento del 4% respecto a la de su predecesor, hasta llegar a los 58.000 euros brutos cada ejercicio. Miguel Gracia, al frente de la Diputación de Huesca (DPH), recibirá por su cargo 68.985 euros brutos anuales y José Antonio Sánchez Quero, que repite al frente de la Diputación de Zaragoza (DPZ), recibirá a final de mes un sueldo base de 2.800 euros más 2.300 en complementos. Hasta ahora, la cuantía bruta ascendía a 76.704 euros. No solo los regidores se suben el sueldo, también sucede con los concejales, como en Huesca. Los incrementos tienen que ser aprobados por el pleno, máximo órgano, y están regulados por ley en función del número de habitantes de cada municipio. El tope está en 106.130 euros que, por habitantes (más de 500.000 censados), solo podría cobrar Jorge Azcón, y los 42.452 euros (para municipios de 1.000 a 5.000 vecinos)

Entre los incrementos más sonados destaca el del concejal de Cs de María de Huerva, donde Javier Zárate pasará a cobrar 32.000 euros al año en lugar de los 21.000 de su predecesor. Más del 50%. Entre los mejor pagados se encuentra el alcalde de Cuarte, Jesús Pérez, que ingresará 52.542 euros anuales; el de Sallent de Gállego, Jesús Gericó (PP); 40.117,37 euros, la de Fraga, Carmen Costapeña (PSOE); 40.519; o la de Utebo, Gema Gutiérrez, con 49.717.

EN ESPAÑA

A nivel nacional hay regidores mucho mejor pagados. Si no que se lo digan al popular José Luis Martínez-Almeida, que es el alcalde mejor pagado de España. Su asignación de 106.130,52 euros brutos se queda a ocho céntimos del límite máximo retributivo fijado para ciudades mayores de 500.000 habitantes, de acuerdo con la Ley de racionalización y sostenibilidad de la Administración Local.

Tras él se sitúa Juan Mari Aburto, primer edil de Bilbao, la décima ciudad española por población. Como en el caso del madrileño, los honorarios estipulados bordean también el tope establecido por ley, en este caso el de municipios entre 300.000 y 500.000 habitantes, con una nómina de 95.001 euros. Sin salir del País Vasco, sobresalen también la de Gorka Urtaran en Vitoria-Gasteiz (85.969) y la de Eneko Goia en San Sebastián (83.869). Todos ellos ingresarán más que Colau y que el presidente del Gobierno (Pedro Sánchez recibe 82.978,56).

SUBIDAS GENERALIZADAS

El 28% de los alcaldes de capitales de provincias y grandes ciudades han decidido subirse la remuneración tras las elecciones del 26-M. Joan Ribó, cuando sustituyó en el 2015 a Rita Barberá en València, rebajó su salario un 20% hasta los 82.602,94. Ahora ha decidido vincular las modificaciones salariales a las que los Presupuestos Generales del Estado fijen para los funcionarios. Tras aplicar un aumento del 2,5%, percibirá ahora 84.667,24. El socialista Juan Espadas, nuevo alcalde de Sevilla, pasará de poco más de 63.000 a 84.454 euros después de que el consistorio aprobara una subida del 33%, la primera desde 1991. El malagueño Francisco de la Torre (PP), rozará los 80.000 euros gracias a un subida del 23% (de 65.183 a 79.981). La subida más significativa se ha registrado en La Coruña, donde Inés Rey se embolsará un 73% más que su predecesor, Xulio Ferreiro (69.000 frente a 40.000).

Lo contrario ha ocurrido en Sant Cugat, localidad en el que el tripartito que forman ERC, PSC y CUP puso fin a 32 años de gobiernos convergentes. Una de las primeras decisiones que han tomado ha sido rebajar la paga de la alcaldesa un 15%: la republicana Mireia Ingla cobrará 67.658 euros, frente a los 79.598 de su predecesora, Carmela Fortuny. En Lérida el también republicano Miquel Pueyo, que se contentará con 67.284 euros, un 4% menos que Félix Larrosa. En otra capital de provincia, Gerona, Marta Madrenas renunció a cobrar su retribución como alcaldesa tras entrar en el Parlament en los comicios del 21-D del 2017. La diputada de JxCat aseguró entonces que no dispondría de ella mientras formara parte de la Cámara catalana, algo que mantiene tras ser reelegida el pasado mes de mayo.

Núria Marín, tras ser elegida presidenta de la Diputación de Barcelona, ha decidido prescindir de su asignación como alcaldesa de L’Hospitalet. La nómina estipulada para la tercera institución de Cataluña es de 104.564,74 euros anuales, mientras que por gestionar la segunda ciudad más poblada de la comunidad Marín cobraba hasta ahora 80.010 euros.

En Cádiz, el podemista José María González, Kichi, también decidió optar por el salario como miembro de la Diputación provincial y renunciar al de la alcaldía gaditana cuando ganó los comicios en el 2015. Seguía así la estela de su predecesora en el cargo, la popular Teófila Martínez, que rehusó a la retribución como alcaldesa cuando entró como diputada en el Congreso. Pero Kichi decidió que seguiría ingresando lo mismo que cuando era profesor de instituto y que, como Colau, destinaría el resto a causas sociales.